Estos trabajos afectarán a los 100 naranjos que se registran en la barriada y permitirán que “cuando crezcan los brotes nuevos, se pueda tener un mejor control de estos árboles”.
Por tanto, las citadas fuentes aseveraron que “esta poda se ha realizado con el mismo cuidado que en los naranjos que existen en otras zonas de la ciudad”.
No obstante, hasta ahora “se ha permitido la vida de estos árboles si este tipo de control, pero su crecimiento generaba críticas por parte de los vecinos de la zona, que se quejaban, bien por las naranjas que nacían o por la inclinación natural” de estos árboles.
Por esta circunstancia “ahora se actúa para dar una mayor fortaleza y controlar el crecimiento de los árboles”.
Críticas
Como informó este diario, los vecinos y visitantes de la barriada de San García expresaron a EL FARO su extrañeza al ver la magnitud de esta poda que consiste en dejar a los árboles con el tronco prácticamente pelado, sin ni siquiera una sola hoja.
Los residentes aseveraban que esta poda brutal en árboles no ornamentales como los naranjos no tenía ningún sentido y menos en esta época del año, con meses de invierno por delante donde el frío y el viento de Levante probablemente terminen por quemar los rebrotes.