Los jerezanos han vuelto a respaldar por cuarto año consecutivo la Feria Gastronómica de la Vendimia, que ha vuelto a llenar la Alameda Vieja desde la noche del miércoles, encabezando una de las propuestas estrellas de la programación de las Fiestas de la Vendimia. Después de cuatro años el evento está más que consolidado, pero también tiene mucho que mejorar, ya que el lleno indiscutible que ha registrado desde la noche del jueves en adelante no es incompatible con las quejas que se han repetido por parte de más de un cliente por el servicio que han prestado los bares y la calidad de las tapas a degustar.
Catorce establecimientos de una lista que este año ha apostado por propuestas más innovadoras quizás por la participación de varios restaurantes de la alta cocina han ofrecido una tapa a degustar y una bebida a tres euros (1,50 cada uno), pero muchos de estos negocios siguen sin entender que el lanzar estas tapas económicas no les exime de hacerlo en las condiciones que se merece el cliente, que ha salido más trasquilado de la cuenta. Se han dado casos de muchos enfados y con razón, sobre todo cuando una vez que han pedido la “tapa estrella” y han pagado más por otras de la carta se han encontrado con que éstas eran igual de pequeñas o más que la principal y encima les costaba el doble o casos de bares a los que se les había acabado su oferta, con lo que no se entiende la falta de previsión después de cuatro años.
Salvo casos contados que sí han acertado en la presentación de sus "manjares", lo de mantener el plato y los cubiertos de plástico sigue siendo un engorro que no gusta ni ayuda a tapear en condiciones, igual que la falta de personal para atender a los clientes, que después de más de media hora esperando optan por irse por los alrededores. Es lo bueno de esta Feria, que es el gancho perfecto para que el centro se beneficie de su ambiente, ya sea por pasear para conocerla o disfrutar de su oferta musical, como ocurrió el viernes noche con Diego Carrasco. El ciclo De Copa en Copa en Los Claustros y las catas en El Alcázar, sin contar con sus conciertos, también han vuelto a ser otro de los atractivos de un ciclo festivo que ha vuelto a llenar las terrazas del centro de Jerez.
Mejorando estas cuestiones, la profesionalidad de algún camarero, y la coordinación de los bares de ocio -no es de recibo que algunos como Damajuana a los que se puede entrar antes de las cuatro dieran con la puerta en las narices a los clientes- las Fiestas de la Vendimia pueden resultar de lo más rentable para el sector servicios si se subsanan estos temas y se tiene cuidado con el sonido de los conciertos. El viernes como Diego Carrasco actuó más tarde no hubo problema, pero el jueves a eso de las doce de la noche los que pretendieran hablar en cualquiera de las casetas mientras terminaban de comer tenían que hacerlo por señas mientras actuaba de Cambio de Tercio. Demasiado alto para un recinto que no tiene que ver con el González Hontoria.