Los líderes del G7 lanzaron este domingo un gran plan de infraestructuras, impulsado por Estados Unidos, para contrarrestar el avance de China.
Según la Casa Blanca, la iniciativa, bautizada como "Colaboración por la Infraestructura Global y la Inversión", pretende impulsar el desarrollo de países de ingresos bajos y medios, fortalecer la economía global y la cadena de suministros.
El proyecto fue anunciado en la cumbre en Elmau (Alemania) de los siete más países más industrializados del mundo (EE.UU., Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Japón) y pretende movilizar cientos de miles de millones de dólares para crear infraestructuras sostenibles en naciones aliadas en desarrollo.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, anunció que su país destinará 200.000 millones de dólares a esta iniciativa a lo largo de cinco años, a través de fondos del Gobierno federal en colaboración con el sector privado.
Entre los pilares del plan están la lucha contra la crisis climática y la mejora de la seguridad energética con inversiones en infraestructuras con bajas emisiones, plantas de fabricación de baterías y el desarrollo de energía limpia.
En el terreno tecnológico la iniciativa contempla el desarrollo y la expansión de la tecnología de las comunicaciones y la información trabajando con "proveedores de fiar" que suministren 5G y 6G, indicó la Casa Blanca en un comunicado.
También contemplan inversiones en los sistemas sanitarios, vacunas y equipamiento médico, así como en la vigilancia y detección de nuevas enfermedades, lo que incluye "laboratorios seguros" y la prevención de pandemias futuras.
En el marco de este plan, el Gobierno de EE.UU. apuntó que la compañía de telecomunicaciones estadounidense SubCom ganó un concurso de 600 millones de dólares para construir un cable submarino que unirá el sureste asiático con Oriente Medio y Europa Occidental.
Dicho cable tendrá una longitud de 17.000 kilómetros y proporcionará conexión de alta velocidad, desde Singapur a Francia, pasando por Egipto y el Cuerno de África.
EE.UU. también quiere movilizar 335 millones de dólares en inversiones para proporcionar internet y tecnología financiera en países de África, Asia y Latinoamérica.
Este macroplan de infraestructuras fue propuesto por Biden en la cumbre del G7 del año pasado, que tuvo lugar en el Reino Unido.
El plan quiere ser una alternativa al proyecto chino "One Belt, One Road" (Una ruta, un cinturón), que pretende revitalizar la conocida como Ruta de la Seda mediante la modernización de infraestructuras y telecomunicaciones para mejorar la conectividad entre Asia y Europa.