El Valencia Basket afrontará desde este jueves la Copa del Rey tras haber encontrado en las últimas semanas el equilibrio que le había faltado en los primeros meses de la temporada, gracias a la notable mejoría defensiva que ha experimentado empujado en parte por una plaga de lesiones.
Para el club valenciano será su vigésimo quinta participación en un torneo en el que se estrenó en 1998 como nunca otro debutante lo había hecho ni lo ha hecho desde entonces: conquistando el título.
Estos días la entidad de la Fonteta ha celebrado las ‘bodas de plata’ de aquella gesta de Valladolid y si accede a semifinales tiene previsto disputarla con una réplica de la equipación que lució entonces.
Aunque el hecho de medirse al Real Madrid en cuartos supone un gran obstáculo, en poco más de un mes la situación del Valencia ha mejorado de manera notable, lo que ha hecho aumentar sus esperanzas.
El pasado 8 de enero, el equipo de Álex Mumbrú cayó en la cancha del Cazoo Baskonia, se complicó mucho su presencia en la Copa y encaraba una semana con doble partido en la Euroliga con siete jugadores de baja por lesión en una plantilla de dieciséis.
Esa derrota fue la sexta en diez encuentros en la ACB, mientras que en los diez anteriores partidos europeos el balance incluía siete derrotas. De veinte encuentros, sólo había logrado ganar siete y las dudas se multiplicaban.
En ese momento de dificultad y con buena parte de su talento ofensivo en la enfermería, el equipo se refugió en la defensa, mejoró notablemente sus resultados, empezó a recuperar efectivos y fichó a Shannon Evans para reforzar la maltrecha rotación exterior y mandar un mensaje de ambición para lo que quedaba de campaña.
Desde aquel momento ha ganado tres de sus cinco encuentros en la ACB, lo que le permitió sacar el billete para Badalona y ahora viajar desde la octava plaza. El balance es aún mejor en la Euroliga porque ha vencido en seis de los siete que ha disputado, lo que le ha llevado a entrar en el ‘top 8’ y a tener a tiro la quinta plaza.
El Valencia llega a esta cita tras dos victorias seguidas, una en cada competición, con un guión común: una mala primera parte sin tensión defensiva, una notable mejoría en esta faceta que le ha permitido forzar un final apretado y una extraordinaria actuación final de Chris Jones para inclinar de su lado el triunfo.
Para este torneo, Mumbrú mantiene las bajas seguras de Sam Van Rossom, Martin Hermannsson y Millán Jiménez y es poco probable que al menos el jueves pueda contar con el alero James Webb III.
En cambio, en las últimas semanas ha recuperado a Víctor Claver, Jasiel Rivero y a Bojan Dubljevic, lo que refuerza su juego interior, además de haber integrado a Evans y haber superado Jones sus problemas en la rodilla.
Dado que la plantilla la componen ahora diecisiete jugadores, el técnico deberá hacer uno o dos descartes y como sólo puede tener activos a dos jugadores con ficha de extranjero, si Webb III se recuperara debería elegir entre él, Rivero y el base estadounidense Jared Harper para ser uno de los no inscritos en el acta.
La entidad y el buen momento de su rival hace que el papel de favorito sea para el Madrid. Esa falta de presión puede beneficiar al Valencia, que sabe además que en caso de caer eliminado dispondrá de una semana entera para descansar y preparar su partido ante el Olympiacos en la Euroliga.