El Gobierno valenciano deberá clarificar si las mediciones realizadas en las tascas de Castellón, declaradas zona ZAS, se adaptan al cambio normativo sobre los horarios de cierre.
El Acord de Fadrell teme que la solución al problema de las tascas de Castellón se posponga a la siguiente legislatura. A pesar de que la empresa adjudicataria de las mediciones, concluyó su evaluación antes del pasado verano, lo cierto es que desde la concejalía de Transición Ecológica existe cierto recelo sobre la validez de los resultados atendiendo a la nueva normativa de ámbito autonómico.
Las dudas surgen sobre la viabilidad de los datos, teniendo en cuenta que se tomaron cuando la ley autonómica establecía las 22.00 horas como límite del horario diurno, a diferencia de la que marcan la ordenanza municipal y la reglamentación Estatal a las 23.00 horas.
Si la Conselleria entiende que esos valores son atemporales, independientemente del marco jurídico, entonces no habrá problemas. Otra cosa bien distinta es que considere que se trata de situaciones distintas, en este caso, habría que comenzar prácticamente de cero, por lo que resultaría insuficiente el margen del presente mandato, hasta mayo de 2023, con vistas a encontrar una solución a las tascas.