El Papa ha arremetido contra las "despiadadas persecuciones contra los cristianos" durante el rezo del ángelus de este domingo.
Asomado a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico del Vaticano, Francisco ha señalado que "entre los más débiles están los perseguidos" al tiempo que ha pedido expresamente "la protección de los que son perseguidos por razones de fe".
Francisco ha llamado a "abrirse a las periferias" y a reconocer que "los que están al margen, los que son despreciados y rechazados por la sociedad" son objeto de la "generosidad de Dios". "La bondad de Dios no tiene límites no discrimina a nadie", ha clamado.
En este sentido, ha pedido "vencer la costumbre de ponerse cómodamente en el centro" porque "nadie se puede sentir privilegiado o reivindicar una exclusiva" y ha llamado a no encerrarse o reducir el Reino de Dios a la iglesia pequeña.
Así ha recordado que la fe "requiere el testimonio de la caridad y se manifiesta con concretos gestos de solidaridad hacia los demás, especialmente hacia los más débiles".
Por otro lado, ha expresado su cercanía a la ciudad de Génova, ubicada en el noroeste de Italia, donde continúa la "situación de emergencia" por las lluvias torrenciales que se han cobrado la vida de una persona. "Mi pensamiento va a ciudad de Génova duramente golpeada por lluvias", ha dicho.