El sargento Antonio Otero, jefe de turno de la agente municipal fallecida, ha explicado este miércoles que tanto ella como su compañero, que resultó herido, actuaron por requerimiento de un ciudadano, por lo que "el problema", como suele ocurrir en estas situaciones, fue "la improvisación", ya que los agentes "pensaban que no había armas de fuego por medio".
En declaraciones a los periodistas a la salida del funeral y de la imposición, a título póstumo, de la Medalla de Plata al Mérito Policial, así como de la Medalla del Cuerpo de la Policía Municipal a la agente fallecida, Otero ha precisado que habitualmente a la Policía Municipal los avisos les llegan por requerimiento personal y no por emisora.
Así, ha relatado que la patrulla volvía de regreso a la comisaría, después de haber entregado unas citaciones judiciales cuando fue requerida por unos ciudadanos, que avisaron de que estaban atracando una oficina de Correos.
A continuación, los ciudadanos reconocieron a dos hombres que se encontraban en una furgoneta como los autores del atraco, por lo que la patrulla se colocó delante. Según ha contado el agente herido, él fue quien recibió el primer tiro y no le dio tiempo a reaccionar.
"Cuando he salido del coche ya tenía el tiro. Luego han ido a por ella", describió Santiago Lozano al sargento Otero, quien ha indicado que éste todavía no sabe que su compañera ha fallecido porque los médicos consideran que es lo mejor para su recuperación.
"ESTA GENTE HA ESTADO EN MÁS DE UNA BATALLA"
Asimismo, ha dicho que se cree que fue sólo uno de los dos atracadores el que realizó los disparos, y ha precisado que, a su entender, la agente fallecida recibió un único impacto de bala.
"Cuando acabaron con la compañera, tuvieron la sangre fría de pararse y sacarle al compañero el arma de la funda y llevársela", ha proseguido. "Tenían mucha, mucha sangre fría, esta gente ha estado en más de una batalla", ha señalado.
Con respecto a los chalecos antibalas, ha subrayado que los agentes habían revisado todos los elementos del coche patrulla antes de salir para confirmar que se encontraban en su lugar e "intactos", incluidos los chalecos antibalas, "una dotación que va en todos los patrullas".
Los agentes no llevaban puesto el chaleco antibalas porque "pensaban que no había armas de fuego por medio", ha señalado. "El problema, la improvisación de que no ha venido por emisora", ha dicho Otero, tras haber explicado que la emisora "te pone en antecedentes".
"Pecaron de querer ser rápidos, cualquiera lo hubiéramos sido ante el requerimiento de un ciudadano, porque estamos uniformados y somos un servicio público y tenemos que atender a ese ciudadano", ha declarado.
PREFERÍA ESTAR EN LA CALLE
Asimismo, Otero ha confirmado que la agente fallecida "prefería estar en la calle antes que en cualquier habitáculo cerrado, porque decía que se le hacía más amena la mañana".
Carmen Múñoz, de 62 años, tenía preparada la documentación necesaria para dejar de patrullar a partir de los 55 años, porque la había solicitado al cumplir esa edad por si llegaba el momento de querer utilizarla.
"Tenía el papel hecho, pero ella quería estar en la calle", ha precisado Otero, quien ha insistido en que "ella es la que lo quería, si no, no hubiera estado".
"UNA GRAN COLABORADORA"
La agente, que ha sido ascendida a cabo, ha sido descrita por su superior como "una gran colaboradora". "Siempre estaba para el compañero, abusaba del compañerismo", ha añadido Otero.
"Me voy a acordar mucho de ella, voy a tener que buscar otro lazarillo", ha dicho el sargento, con quien coincidía todos los fines de semana.
Según Otero, "profesional" era la palabra que mejor definía a Muñoz como policía. "Y con muchas ganas", ha agregado, al tiempo que ha explicado que "quería hacerlo todo" y "quitaba trabajo a los compañeros". Asimismo, ha destacado su participación en varias operaciones por violencia de género.