Dos testigos protegidos en el caso del triple asesinato de Dos Hermanas han declarado que el Tapita no estaba en el escenario del crimen
Dos testigos protegidos en el caso del crimen de una mujer, su hija de seis años y la pareja de la primera en Dos Hermanas (Sevilla) han situado fuera del lugar de los hechos a un acusado, el monitor de boxeo presuntamente contratado por el clan del Pollino para secuestrar y matar a una de las víctimas.
El juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla ha celebrado este viernes su cuarta sesión, en la que han intervenido dos hombres a quienes el monitor, conocido como Tapita, les reconoció su intervención en los hechos cuando la noticia apareció en la prensa.
Por este suceso, ocurrido el 16 de septiembre de 2017 en la calle Cerro Blanco, la Fiscalía solicita un total de quince penas de prisión permanente revisable, tres por cada muerte para cinco de los siete acusados: el Pollino, su esposa, su padre, alias el Cabo, el monitor y un amigo suyo.
El testigo protegido uno conocía al monitor "del barrio" y le enseñó la noticia en las redes sociales, a lo que el encausado le dijo que "sabía algo de eso".
Después le contó que "lo había llamado un hombre para intimidar a una persona", pero en el momento de hacer el trabajo "vio llegar a una niña y una mujer y dijo que se iba".
Este testigo le organizó un encuentro con el testigo protegido dos, que era amigo del Turco, la víctima masculina.
Según el primer testigo, el monitor no les dijo que estuvo en Bellavista, donde vivía el Turco, ni que el Pollino encañonó a esa víctima o que su mujer cogió "de los pelos" a la niña, datos que en cambio sí ha referido el testigo dos respecto a la misma charla.
Ambos sí han coincidido en que el acusado "siempre dijo que había estado dentro del coche", no entró en la casa y se marchó al ver a la mujer y la niña, aunque un testigo ha concretado que eso fue en Dos Hermanas y otro ha insistido en que ocurrió en Bellavista.
El procesado confesó el jueves que entró en el inmueble de Cerro Blanco y redujo y maniató al Turco con la ayuda de su amigo Quino, de quien ninguno de los testigos ha oído hablar.
Según los dos testigos, Tapita tampoco indicó que su amiga M.M.O. le presentó al Pollino para hacer el trabajo.
El testigo uno también ha reconocido que llamó a la madre de la mujer fallecida para darle pistas sin que Tapita lo supiese.
El testigo dos, por su parte, ha asegurado que el monitor le dijo que "un tal Pollo o Pollito" lo había contratado para "secuestrar a un turco" y ha resaltado que Tapita "colaboró a muerte" con él y con la Policía.
También le comentó que las víctimas podían estar vivas "porque no veía a esa gente con cojones de matarlas".
También han declarado por videoconferencia, igualmente protegidos, dos trabajadores y un colaborador de la hormigonera con cuyo material se rellenó la fosa donde fueron enterradas las víctimas.
El encargado ha identificado al Pollino y su padre como los hombres que le compraron veinte metros cúbicos de hormigón el mismo día de los hechos.
Otro empleado ha identificado al Pollino como la persona que cogió la manguera y echó "siete u ocho metros cúbicos" de hormigón dentro de la casa y al Cabo como otro de los hombres que estaba fuera del inmueble junto a dos mujeres.
Ninguno de estos dos últimos testigos ha identificado con seguridad a la madre del Pollino, acusada de encubrimiento, y ninguno ha reconocido a la mujer del mismo procesado.