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Sevilla

Bicicletas fantasmas para no olvidar

Amigos y familiares de Sergio Lozano, que falleció atropellado por un conductor borracho en la Resolana cuando circulaba en bicicleta, colocan una "bici-fantasma" en su homenaje, exigiendo cambios en las leyes y en la actitud de las instituciones

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  • La bici-fantasma -

Amigos y familiares de Sergio Lozano, que falleció el pasado 28 de febrero atropellado por un conductor ebrio, han colocado de madrugada junto al Arco de la Macarena donde tuvo lugar el accidente una "bici fantasma" en homenaje a la víctima y para reclamar un cambio en la legislación que mejore la seguridad de los ciclistas.

Además, han emitido un comunicado informando del homenaje a este ciclista "asesinado" en el que informan que los amigos y familiares del ciclista arrollado en la Resolana el 28 de febrero ha colocado de madrugada "una bicicleta blanca a modo de memorial y de denuncia silenciosa de la tragedia de ciclistas y peatones arrollados por vehículos a motor".

"Hace dos meses, prosigue el comunicado, un conductor borracho nos arrebataba a Sergio mientras volvía a casa montado en su bicicleta. Ocurrió en la madrugada del 28 de febrero, en el cruce de Resolana y Don Fadrique, frente al Arco de la Macarena. Sergio tenía 25 años", informan.

Hoy queremos celebrar su vida haciéndole un homenaje que sirva a la vez de recordatorio del riesgo diario que corren ciclistas -y peatones- por culpa de los vehículos a motor y de los conductores irresponsables, pero también por culpa de las leyes y las instituciones que los amparan, destaca el comunicado.

Queremos. aseguran, así denunciar la impunidad existente en nuestra sociedad para los crímenes cometidos en nuestras calles y carreteras. Solo hay que tirar un poco de hemeroteca para ver lo barato que sale asesinar a un ciclista o a un peatón, ya seas un irresponsable anónimo que conduce borracho y a altas velocidades por la ciudad, o un ciudadano con alto poder adquisitivo, con contactos y abogados de primera, que conduce sin respeto a la vida de peatones, ciclistas o patinadores.

Mientras tanto, prosiguen, las autoridades se empeñan en imponer regulaciones, tasas y medidas que de nada hubiesen servido para salvar la vida de Sergio, como la obligación de llevar casco o de asegurar y matricular cada bicicleta. La Dirección General de Tráfico se pone de parte de los vehículos a motor, marginando y señalando a los ciclistas como peligrosos, cuando la solución sería la contraria, limitar la velocidad máxima en la ciudad a 30 kilómetros por hora, como propone un estudio de la Organización Mundial de la Salud (a esta velocidad se tiene un 90% de posibilidades de sobrevivir a un atropello, mientras que a 50 km/h -el límite actual- esa posibilidad se reduce a un 50%).

Añaden en el comunicado que el Ayuntamiento de Sevilla, por su lado, "se empeña en desmantelar o en dificultar los espacios ganados por los ciclistas en los últimos años, hundiendo deliberadamente el auge en el uso de este vehículo seguro y no contaminante, y promoviendo de nuevo un modelo de ciudad pensado en exclusiva para los coches, modelo que despeatonaliza y niega la realidad: a más bicicletas circulando, menos vehículos a motor y menos muertos en nuestras calles".

Estas bicicletas fantasmas, son un homenaje a ciclistas asesinados a la vez que una denuncia de los riesgos y la falta de seguridad vial existente en nuestras ciudades y pueblos, y llevan diez años apareciendo en más de 200 ciudades de todo el mundo, concluyen

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