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28/04/2024  

Sevilla

Danza y teatro inclusivos iluminan Sevilla con innovación y diversidad

'Blasons/Doesdicon' es una obra de danza que resalta la inclusión y diversidad, mostrando la interacción entre bailarines con y sin diversidad funcional

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  • Danza inclusiva de François Chaignaud y Tânia Carvalho. -

Un intento de ver cómo piensa el teatro, de qué está hecho, cuál es su lógica propia". Así define Pablo Messiez su obra 'Los gestos', que llega este fin de semana al Teatro Central de Sevilla, gestionado por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, que además presenta, en la sala B, 'Blasons/Doesdicon': dos piezas de danza inclusiva que firman los coreógrafos François Chaignaud y Tânia Carvalho para los bailarines de la asociación Dançando com a diferença.

Las posibilidades de la danza sobre las tablas para, incluso, desdibujar la expresividad entre cuerpos normativos y con diversidad funcional son las herramientas con las que trabajan los coreógrafos François Chaignaud y Tânia Carvalho en 'Blasons/Doesdicon', según explica la Junta en una nota de prensa.

Creada en 2001 con la intención de cambiar la imagen social de los cuerpos de las personas con diversidad funcional a través de la danza y el arte contemporáneo, la asociación sigue en sus creaciones el lema 'bailamos con el cuerpo, a pesar del cuerpo'. En esta línea, ha desarrollado proyectos con coreógrafos internacionales como Paulo Ribeiro, Rui Horta, Clara Andermatt, Rui Lopes Graça o La Ribot.

Los espectadores que acudan este fin de semana al Teatro Central serán recibidos en la sala B por los bailarines de la compañía que esperan con el telón abierto el comienzo de la obra, estableciendo una relación de conocimiento y empatía con el público antes de comenzar a bailar. La primera parte de la obra, 'Blasons', es una creación de François Chaignaud.

El título hace referencia a que los cuerpos en escena suelen ser mirados, escudriñados, burlados o admirados, en cierto modo "blasonados", y en ello se sumergen los bailarines, solos o en grupo, expresándose con gestos de rebeldía, protesta o incluso repugnancia. Su presencia en escena firma una especie de manifiesto para condenar cualquier tipo de juicio contra cuerpos vulnerables y diferentes.

En una segunda parte de la obra Tânia Carvalho propone un universo imaginario en el que no hay diferencias entre "normalidad" y "anormalidad": muñecos disfrazados de autómatas, maquillados y vestidos como payasos pueblan el escenario. En 'Doesdicon', los intérpretes realizan movimientos espasmódicos y "robóticos" siguiendo ritmo implacable de un metrónomo. La voz de Tânia Carvalho sobre la música Lumi potete, piangere de Giovanni Legranzi sirve para humanizar el escenario. La compañía cuenta con la dirección artística de de Henrique Amoedo.

LO ÚLTIMO DE PABLO MESSIEZ

Sevilla recibe 'Los gestos', la última obra escrita y dirigida por Pablo Messiez. El proyecto comenzó a gestarse en Roma, donde Messiez llevó a cabo una residencia artística enmarcada dentro del convenio de colaboración entre el Centro Dramático Nacional y la Academia de Roma.

La capital italiana "terminó siendo una parte fundamental de la obra. Por un lado, por ser una ciudad en la que conviven tiempos superpuestos. Y por otro, por cuestiones más azarosas, como coincidir mi estancia allí con una serie de muestras de homenaje a Pasolini por el 100 aniversario de su nacimiento. Su obra y su figura también han sido determinantes en la escritura".

Así, la cultura italiana están, pues, presentes en la escena, en lo sonoro y en lo visual. Los personajes habitan rincones de la ciudad que se construye sobre las tablas: un espacio circular, abandonado, que recuerda a la basílica di Santo Stefano Rotondo de Roma. Aquí Topazia (Fernanda Orazi) quiere poner un bar. Sergio (Emilio Tomé), director de escena fan de Pasolini y novio de Topazia, la acompaña en la empresa. Aunque a él le interesa hacer teatro.

También hay un pianista muy joven (Manuel Egozkue) que toca en el piano siempre la misma pieza, y un muchacho con ojos de terror antiguo (Nacho Sánchez) que vivía escondido en las ruinas. A ellos se suma una mujer mayor (Elena Córdoba), que parece que no habla pero hablará. A todos les pasa lo mismo. Algo en ese espacio hace que sean tomados por gestos ajenos. Como si se tratase de un virus cada vez más poderoso, los cuerpos son movidos hacia formas ajenas e imprevistas. Pablo Messiez, o uno de los grandes renovadores del teatro en español.

Todos forman parte de "la historia de un grupo de personas atrapadas en un espacio en donde las cosas se repiten y lo propio se vuelve ajeno". La propuesta, que huye de la representación realista, pone el foco en los gestos como catalizador de la interpretación y de la reflexión en torno a la idiosincrasia de las artes escénicas. "Me interesa ver en cada obra dónde está su teatralidad. Intentar entender cómo piensa el teatro. Que es bien distinto a cómo piensan el cine o la literatura", afirma el autor y director.

Como herramientas de trabajo figuran la repetición y la superposición. "Los gestos toman el poder, y se apropian con sus lógicas a veces ajenas a la escena de los cuerpos de los actores y actrices. Hay escenas en las que operan por reiteración. El elenco artístico que ha posibilitado esta puesta en escena lo completan Mariana Tirantte (escenografía), Carlos Marquerie (iluminación), Cecilia Molano (vestuario), Elena Córdoba (a cargo de la coreografía, además de intérprete en la pieza), Lorena Álvarez y Óscar G. Villegas (espacio sonoro) y David Benito (vídeo).

La compañía protagonizará un encuentro con el público tras la función del viernes, 16 de febrero. Las entradas para las funciones del viernes y el sábado en las salas A y B están disponibles en la página web del Teatro Central y una hora antes de cada función en las taquillas físicas del teatro.

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