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Sevilla

Admite en el juicio que maniató al joyero de Carmona pero niega que le pegase

"Quería robar, pero no matar" asegura Ionut A, tercer acusado por el crimen, defendiendo que no imaginaba que Francisco Cintado pudiese morir

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  • Un momento del juicio. -

Después de que en 2020 la Audiencia de Sevilla condenase a 33 años de cárcel al principal culpable del asesinato en agosto de 2018 del joyero de Carmona Francisco Cintado, imponiendo 20 años de prisión al otro acusado, este lunes ha comenzado el juicio con jurado popular promovido contra el tercero de los detenidos por este crimen, arrestado en 2021 en Rumanía por las autoridades de dicho país y para el cual la Fiscalía reclama 33 años de cárcel, mientras la familia de la víctima solicita 38 años.

Durante la fase de cuestiones previas, tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce la familia de la víctima han invocado la sentencia condenatoria emitida en diciembre de 2020 por la Audiencia de Sevilla respecto a los dos primeros inculpados por este crimen, G.S. e I.I., de nacionalidad rumana al igual que Ionut A. y condenados respectivamente a 33 y 20 años de prisión por el asesinato del joyero Francisco Cintado.

Grosso modo, tras el juicio con jurado popular celebrado contra G.S. e I.I., se declaró probado que los mismos, junto con una tercera persona que resultaría ser Ionut A., idearon "un plan" para robar en la joyería de Francisco Cintado, en Carmona, establecimiento que visitaron una primera vez el 3 de agosto de 2018, para "ganarse la confianza" del joyero encargándole la reparación de un reloj.

Tras ello, y según declaró probado la Audiencia de Sevilla, acudieron de nuevo a la joyería la tarde del 6 de agosto, quedando I.I. "fuera del establecimiento en labores de vigilancia"; mientras los dos restantes miembros del grupo entraban en el establecimiento, donde habrían inducido a Francisco Cintado a entrar en la trastienda a buscar el reloj cuya reparación le habían encargado.

Al salir el joyero de la trastienda, según el relato de hechos probados, G.S. "se abalanzó" sobre él, tras lo cual ambos implicados "comenzaron a golpearlo sin cesar de forma brutalmente expeditiva, propinándole durante minutos múltiples golpes y patadas por toda la cara, cuerpo y extremidades", una "brutal paliza" con la que "aumentaron deliberada e innecesariamente su sufrimiento".

"SIN POSIBILIDAD DE MOVIMIENTO"

Tras ello, le colocaron "las manos a la espalda, atadas con bridas y cinta americana, atándole también los pies por el mismo medio y colocándole finalmente cinta americana desde el cuello hasta la boca", señala la sentencia inicial condenatoria de la Audiencia, según la cual el joyero quedó "reducido en el suelo, tendido boca arriba y sin posibilidad de movimiento", recibiendo al intentar levantarse "un fuerte rodillazo en la cabeza" por parte de G.S., que provocó que cayera inconsciente boca abajo".

Tras apoderarse de joyas y otros objetos, así como de 5.850 euros de dinero en efectivo y de unos de los monitores de televigilancia "con la finalidad de evitar ser identificados"; los autores de los hechos abandonaron la joyería "a pesar de la posición en la que seguía postrado" el joyero, "inconsciente y con signos de poder quedarse inerte", según el relato de hechos probados.

El dueño de la joyería fue finalmente encontrado sin vida dos horas después por su esposa y una de sus hijas en la misma posición en la que fue abandonado por los acusados, que según la sentencia inicial que condena a G.S. e I.I., actuaron con asumiendo que incluso llegarían a "dar muerte" al joyero "si ello así surgiera para obtener su ilícito propósito de enriquecerse".

En ese marco, Ionut A., detenido en Rumanía en 2021, después de ser juzgados y condenados G.S. e I.I., ha manifestado en el juicio en su contra que "la idea" de perpetrar el robo "fue de todos" y que los mismos se aprovecharon de la "confianza" de Francisco Cintado gracias a la primera visita a su establecimiento, precisando eso sí que él "quería robar, pero no matar".

LE ATACARON "POR LA ESPALDA"

En ese sentido, y a preguntas del fiscal y de la abogada de la acusación particular, ha admitido que junto con G.S. asaltó "por la espalda" al joyero cuando el mismo salía de la trastienda a la sala principal del establecimiento. Según su relato de los hechos, G.S. comenzó a "atar" al joyero y él le prestó "ayuda" en dicha labor, reconociendo que se encargó de "amarrar" los manos y pies del joyero.

También ha admitido que amordazó a Francisco Cintado, pero "sólo la boca" según ha asegurado al ser preguntado si la mordaza aplicada cubría la nariz de la víctima, que según la Fiscalía falleció por la "brutalidad de los golpes" recibidos y una situación de "asfixia posicional".

Ionut A. ha asegurado que G.S. sólo debía "inmovilizar" al joyero, asegurando que desconoce los motivos por los cuales dicho inculpado comenzó a agredir a Francisco Cintado cuando el mismo estaba ya maniatado y amordazado. No obstante, ha admitido que no impidió que G.S. golpease al joyero, negando insistentemente que él participase de la agresión.

En ese sentido, si bien la Fiscalía considera que Ionut A. "se sentó sobre el pecho" del joyero mientras éste se encontraba maniatado boca arriba, "dificultando así sus posibilidades respiratorias"; el encartado ha asegurado que no recuerda si realizó o no tal acción. "Sólo ayudé a amarrarlo", ha insistido varias veces.

Respecto a cómo dejaron a la víctima antes de marcharse del establecimiento tras perpetrar el robo, ha manifestado que tampoco recuerda si el joyero se movía o no cuando abandonaron el local, asegurando que le dejaron boca arriba.

ADMITE QUE NO AVISARON A NADIE

Y aunque ha admitido que era consciente de que el joyero no podía defenderse ni moverse a cuenta de su situación y ha reconocido que tras abandonar la escena de los hechos no dieron aviso alguno a nadie para que se ocupara de la víctima, Ionut A. ha defendido que no pensaba que el mismo pudiese fallecer. Su única intención, según ha repetido en varias ocasiones, era "robar".

Así, Ionut A. se ha mostrado "muy arrepentido" por lo acontecido, asegurando sentir "vergüenza" y pidiendo "perdón" y asegurando una y otra vez que tan sólo pretendía "robar" en la joyería y que "no pensaba" que como consecuencia de los hechos Francisco Cintado pudiese fallecer. Él, según ha enfatizado, ni quería matarlo ni imaginaba que pudiese morir, explicando que tras los hechos se ocultó en su país de origen "por miedo".

El juicio continuará este jueves, toda vez que la Fiscalía solicita para Ionut A., por un delito de asesinato, 25 años de prisión y la prohibición de comunicarse o aproximarse durante 35 años a la esposa y las dos hijas de la víctima, así como ocho años de cárcel y la prohibición de comunicarse o aproximarse durante 12 años a dichas personas por un delito de detención ilegal como medio para cometer un delito de robo con violencia.

Asimismo, reclama que, de forma conjunta con los otros dos varones que ya fueron juzgados y condenados por estos hechos, indemnice a la familia del fallecido con 330.000 euros como consecuencia del fallecimiento; con 295.372 euros por los objetos sustraídos y no recuperados y con 5.850 euros por el dinero en metálico sustraído y no recuperada.

La familia de Francisco Cintado, cuya abogada ha destacado también la "brutalidad" del crimen y la "alevosía" de los autores del mismo, reclama para él 30 años de cárcel por el primer delito y ocho años más por el segundo.

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