El Ayuntamiento de Sevilla ha licitado el suministro de equipos de medición y monitorización acústica y un servicio de revisión de las 12 Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) que están declaradas en la ciudad desde 2004.
El objetivo principal de este contrato, cuyo presupuesto global asciende a 230.266 euros, es elaborar otros tantos estudios acústicos que determinen si se cumplen o no los límites de ruido, a partir del análisis de los 585 establecimientos que suman las ZAS, a la vez que diseñar un plan zonal específico para la progresiva reducción de los niveles sonoros hasta los límites fijados en el Decreto 6/2012 de Protección contra la Contaminación Acústica de la Junta de Andalucía.
En concreto, las 12 ZAS, consideradas aquellas áreas de concentración de establecimientos públicos donde los niveles de ruido transmitidos al exterior igualaran o superaran los límites de ruido permitidos y donde se restringe la apertura de nuevas actividades, son las de Alberto Jiménez Becerril, Alfalfa, Arenal, Betis, Buhaira-Blanco White, La Gavidia, Plaza de Armas, Reina Mercedes, Juan Sebastián Elcano, Triana Norte, Viapol y Virgen de la Cinta.
El estudio acústico de cada ZAS asociado a esta contratación se centrará en actividades en establecimientos públicos que funcionen con huecos, ventanas abiertas, puertas abiertas o sin puertas en comunicación con el exterior, así como actividades con veladores, o sin ellos, que por causas imputables a las mismas generen estancia, permanencia o acumulación de personas en el exterior y los negocios con horario de funcionamiento nocturno, como tiendas de conveniencia o comercios al por menor de alimentación y bebidas. En conjunto, las doce ZAS de Sevilla suman 585 establecimientos.
Para la revisión se utilizará el método de monitorización por medición en continuo mediante los equipos adquiridos, un mínimo de 50 sonómetros-integradores fijos que serán distribuidos entre las ZAS declaradas. Por tanto, el estudio acústico de cada una se efectuará a partir de registros sonoros captados por las estaciones de monitorización permanente ubicadas en diferentes puntos estratégicos para valorar los niveles sonoros continuos equivalentes y los niveles de presión sonora asociados a los establecimientos.
La ejecución del contrato tendrá una fase inicial y de configuración de los equipos, después otra de monitorización en continuo y, por último, una de evaluación. En conjunto, once meses de duración. Esta monitorización en continuo dispondrá de registros suficientes para realizar una valoración de los límites de ruido y determinar si procede o no declaración de la ZAS.
"En definitiva, se trata de revisar después de tantos años la información sobre las actuales Zonas Acústicamente Saturadas y a partir además de una tecnología actualizada. En todo momento hay que tener en cuenta que el desarrollo de la actividad económica debe ser compatible con el derecho al descanso de los vecinos y vecinas y, en consecuencia, con los límites de ruidos previstos en la legislación", ha explicado el concejal de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara.