“La situación del Cementerio de los ingleses es otro ejemplo más de la falta de interés en relación con el legado del Doce”. Así se expresaba la alcaldesa cuando estaba en la oposición. Han pasado más de cinco años desde esas palabras, cuatro de ellos gobernando, y la realidad es que el entorno del Cementerio de San Carlos (coloquialmente llamado “de los ingleses”) sigue en un estado de abandono absoluto. "Ya tenemos claro que al PSOE solo le importa el patrimonio cuando está en la oposición".
Desde Izquierda Unida, de cuyo coordinador son las palabras del párrafo anterior, alertan del deteriorado estado de buena parte del patrimonio histórico y exige al Gobierno Municipal que “se ponga manos a la obra para que el legado patrimonial de La Isla no acabe perdiéndose para siempre”. A este respecto, IU señala que el entorno del citado cementerio, incluyendo el Puente de Marqués de Ureña, es un lugar que sigue atrayendo el interés de una ciudadanía que, a pesar de la titularidad de Defensa, tiene accesible el paso a la zona. "Es normal ver a la gente paseando por esta zona, pues existe un interés por nuestro patrimonio que hay que cuidar y revalorizar antes de que la inacción del gobierno acabe con él”, afirman desde IU.
“Nuestro patrimonio arqueológico debe tomar protagonismo en la ciudad, pero no por su abandono. Ya hemos perdido un museo, se caen las paredes del Castillo de San Romualdo, y no sabemos nada de las excavaciones de Janer. Aún falta de la carta arqueológica de la zona militar de Camposoto, y no hay proyecto para exponer el conjunto de baterías que nos defendieron de los franceses y nada de poner en valor el conjunto arqueológico del cerro de los Mártires”, explica Gonzalo Alías, Coordinador de IU-La Isla.
Izquierda Unida considera necesario potenciar las capacidades históricas y generadoras de incentivos para la economía local, por ejemplo a través de la construcción de un centro educativo y divulgativo del entorno donde los jóvenes disfruten de la arqueología experimental y conozcan la historia.
“Ya está bien de dejar caer abandonado nuestro patrimonio y de tapar nuestra historia bajo beneficios empresariales privados”, dice Alías.
