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San Fernando

Un homenaje a Antonio Murciano y un regalo sorpresa para los sentidos

La Academia de San Romualdo hace doblete en la conmemoración del 250 aniversario de la Villa y la banda del Tercio Sur pone la música.

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Manuel Galduf Verdeguer era el encargado de ofrecer la conferencia Bosquejo sobre la dirección orquestal, que en este caso no era un acto único ni se celebraba en el Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León, sede de los actos de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes.

Galduf, quien fuera director de la Banda del Tercio Sur hasta 1983, habló de una materia que conoce a la perfección no sólo en la teoría, sino en la práctica; y no sólo con bandas militares, sino con grandes orquestas.

Y es que su abandono de la milicia - “para desgracia” de la música militar, que dijo el actual director de la Banda de la Infantería de Marina, el capitán Juan Máximo Rodríguez- lo ha llevado a dirigir orquestas de todo el mundo por todo el mundo. Y los nombres de las orquestas y los lugares en los que ha dirigido ya marean a cualquiera.

Galduf Verdeguer ofreció su conferencia, desde los inicios de la dirección musical, o mejor dicho, la dirección tribal, hasta una realidad como la actual que se remonta a unos 150 años atrás, cuando la música da el salto a las sinfonías y aumenta el número de instrumentos.

Oficio mal entendido en un principio, hoy justamente valorado, es al fin y al cabo el oficio de los dos directores presentes en la sala. Primero fue la Banda del Tercio Sur, con su titular al frente, la que ofreció su repertorio tras la conferencia y luego Juan Máximo Rodríguez anunció la sorpresa.

Manuel Galduf dirigiría la banda y además con una obra que al principio asustó a quienes presumen de ser valientes por tierra y por mar, pero que luego se demostró que la valentía tiene premio.

Carmina Burana -nada menos- fue la obra que sonó después del programa oficial y la soprano Carolina De Alba, hija de Rosa María de Alba, la mayor sorpresa al comprobar el potencial de la joven. Mucho potencial. De algún sitio le viene.

Ya no importaba que el acto se alargara más de lo previsto. El ambiente se había convertido en mágico y para terminar, la banda interpretó un pasodoble compuesto por Manuel Galduf, con éste en un rincón del escenario sin poder contenerse prácticamente codirigiendo sin levantarse de la silla. Al menos a la percusión que era a la única que tenía de cara.

Antonio Murciano
Pero no ha sido el único acto de la Academia esta semana. Poniendo el listón cada vez más alto, la sesión del martes, aunque interna y pública por cuanto se trataba de recibir a una nueva académica, también tuvo sus grandes dosis de emotividad. La calidad, obviamente, se da por entendida.

Era Carmen García Tejera, profesora titular de la Universidad de Cádiz, la que ocupaba asiendo de académica correspondiente con el discurso San Fernando en la poesía de Antonio Murciano.

García Tejera habló de la amplia obra del poeta de Arcos de la Frontera, a quien las instituciones deben un reconocimiento oficial junto a su hermano Carlos -dijo- y de presencia constante de San Fernando en su poesía.

Antonio Murciano es académico de San Romualdo desde finales de los años 60 del siglo pasado; es flamenco y flamencólogo, con grandes vivencias en La Isla y además ha sido uno de los pilares fundamentales de la poesía flamenca de la segunda mitad del siglo XX.

Si al final se explica que Antonio Murciano estaba presente, se explica también esa emotividad mencionada.

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