La iniciativa de Acosafe llenó la calle Real de ruido de motores y bocinas de los que ya no se escuchan.
Un día fueron los reyes de la carretera y sus conductores tratados como deportistas en los comienzos de los carruajes de motor. Luego el coche se convirtió en un instrumento cada vez más necesario y en la actualidad, claramente invasivo. Pero nada que ver con aquellos viejos cacharros a los que se les abre el capó y están con los motores nuevos, mimados hasta la saciedasd por sus propietarios.
La iniciativa de la Asociación de Comerciantes de San Fernando llenó el centro de la ciudad de coches antiguos, españoles y extranjeros, desde el Seíta al Mustang, desde los grandes a los más pequeños. Ejemplares para hacerse una foto con ellos.