La estación de esquí de Sierra Nevada ha abierto este viernes 28 pistas en una superficie esquiable de 19,6 kilómetros de longitud, la cual aumenta tras los efectos de la borrasca, que, con la humedad, ha dejado hielo en cables y poleas de remontes, que el servicio técnico empieza a desbloquear con la salida del sol.
Según han explicado a Europa Press fuentes de Cetursa, la empresa pública que gestiona la estación invernal de Granada, la apertura de claros en un cielo parcialmente cubierto permite ir avanzando en el acondicionamiento de remontes, de los cuales un total de once permanecen abiertos, después de que este jueves fuera un "día muy complicado" en cuanto a las condiciones climatológicas. La calidad de la nieve es dura, con espesores de entre 20 y 70 centímetros.
Para el fin de semana de Año Nuevo, en el que hay prevista una media de ocupación hotelera de en torno al 75 por ciento, el pronóstico del tiempo apunta a cielos soleados, parcialmente cubiertos el primer día de 2018.
De este modo, desde Cetursa se confía en "recobrar la normalidad" de la actividad de la estación de esquí, que había antes del paso de la borrasca Bruno.