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Provincia de Granada

El Fiscal mantiene petición de 59 años de cárcel para cada uno de los acusados del crimen de Armilla

La acusación particular, que ejerce la familia de la víctima, les imputa además un delito de allanamiento de morada con el agravante de disfraz --pues los autores entraron a la vivienda con pasamontañas para evitar ser identificados--

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La Fiscalía de Granada ha mantenido este lunes su petición de 59 años de prisión para cada uno de los tres acusados de asesinar a un hombre y herir de gravedad a su esposa y sus dos hijos, de 9 y 7 años, en su domicilio familiar, en Armilla (Granada), tras una serie de disputas por una herencia familiar, en octubre de 2012.

   Para los tres inculpados, todos sordomudos, José L.G.M., de 40 años, hermanastro de la hoy viuda de la víctima; su compañera sentimental, Carmen H.F., de 43; y su amigo Juan R.D., de 33 años, el Ministerio Público pide una sentencia condenatoria por un delito de asesinado consumado, y de tres de asesinato en grado de tentativa.

   La acusación particular, que ejerce la familia de la víctima, les imputa además un delito de allanamiento de morada con el agravante de disfraz --pues los autores entraron a la vivienda con pasamontañas para evitar ser identificados--.

   La defensa del primero considera que su cliente fue sólo responsable de un delito de lesiones --en relación al fallecido--, por lo que debería ser condenado, a su entender, a seis meses de prisión; la letrada del otro inculpado lo cree responsable de un delito de homicidio y otro de lesiones, con una pena de tres años y medio de prisión; mientras que el abogado de la tercera procesada la ha considerado inocente y ha instado al tribunal a una sentencia absolutoria con respecto a ella.

   En la Sección Segunda de la Audiencia de Granada ha quedado visto para sentencia un juicio que comenzó el pasado 28 de abril, que continuó después el día 30 y que este lunes ha acogido la celebración de más pruebas, la mayoría periciales, además de las conclusiones y la lectura de los informes de las partes personadas.

"CON EL FIRME Y COMÚN PROPÓSITO" DE MATAR A LA FAMILIA

   En la lectura de su informe, la fiscal ha considerado que durante la vista ha quedado "desvirtuada" la presunción de inocencia de los tres acusados que, según ha dicho, se dirigieron en la noche del 15 de octubre al domicilio de las víctimas, en Armilla, con el "firme y común propósito" de "poner fin" a la vida de todos los integrantes de la familia, tal y como habían acordado previamente en la casa de la inculpada, por disputas por una herencia familiar.

   Primero entró el hermanastro, que tuvo una "amigable conversación" con su familiar, y luego su amigo. La mujer, según la representante del Ministerio Público, insistió en entrar "para mirar", pero finalmente se quedó fuera a instancias del amigo de su pareja, mientras los otros dos llevaban a cabo su propósito.

   De hecho, la Fiscalía sostiene que cuando José L.G.M. accedió a la vivienda dejó la puerta abierta, para facilitar la entrada a su amigo, y, una vez dentro, habló con su hermanastra, mientras el marido de ésta dormía en el sofá, y, aproximadamente media hora después, le hizo una señal a Juan R.D. para que entrase. Así, "siguiendo el plan trazado", Juan se dirigió hacia la mujer, le cogió por la boca y comenzó a darle golpes "de forma indiscriminada" en la cara.

   La mujer se defendió y consiguió morder a su agresor y quitarle la braga con que se ocultaba el rostro. Mientras, el hermanastro golpeaba violentamente a su marido, dándole patadas y tirándolo al suelo. Los ruidos alertaron a los dos hijos menores del matrimonio, que también fueron agredidos después por Juan R.D.

   José L.G.M. vapuleó a su hermanastra hasta que ella simuló estar muerta para que cesara la paliza, y la acuchilló en el cuello, "con el claro propósito de degollarla y acabar con su vida". Afuera esperaba la tercera inculpada, a bordo de la furgoneta, con la que después los tres huyeron, para después quemar sus ropas.

   En la última sesión del juicio han comparecido varios peritos que examinaron el estado mental de la inculpada Carmen H.F., con conclusiones dispares. Así, unos han sostenido que ella era autónoma, con las limitaciones y dependencia propias de una persona sordomuda, y, aunque necesita continuamente del "visto bueno de su entorno protector", es capaz de discernir el bien del mal y no tiene alteraciones psicológicas que alteren su imputabilidad. Los segundos han afirmado por su parte que esas limitaciones sí afectan a esa imputabilidad, puesto que padece un trastorno de personalidad por dependencia, que influye en su capacidad de comprensión.

   Asimismo, han declarado unos guardias civiles que calcularon lo que puede tardarse desde el domicilio de los inculpados a los de las víctimas --unos 20 minutos en coche-- y los que analizaron los restos biológicos y de sangre encontrados tanto en el domicilio de la familia asaltada, como en ropas de los inculpados, y en la hoguera donde quemaron sus ropas.

   También, como testigo de la defensa, ha sido llamada a declarar la hija de la inculpada, que ha dicho que su madre es sumisa y que en su casa mandaba su "padrastro" --es decir, la pareja de su progenitora--, aunque finalmente ha señalado ante las preguntas de la presidenta del tribunal que la acusada tiene una fuerte personalidad. Además, ha dicho que vio a los tres inculpados "muy nerviosos" después de que sucedieran los hechos, aunque, pese a que preguntó qué había pasado, no obtuvo respuesta.

   En la primera sesión de la vista, los procesados afirmaron ante el tribunal que los está enjuiciando que no tenían "intención de matar", aunque alegaron no recordar los detalles porque iban "muy borrachos".

   Tanto José L.G.M. como Juan R.D. exculparon con su testimonio a la tercera inculpada, de quien dijeron que no intervino en ningún momento en los sucesos que llevaron a la muerte del hombre, aunque afirmaron que sí los condujo en coche hasta la casa de sus víctimas, pasadas las doce de la noche.

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