Las mujeres taxistas de Granada han expuesto los problemas que les surgen a diario en el desarrollo de su profesión en el transcurso de un encuentro celebrado esta semana en la sede de la Gremial del Taxi, que se enmarca en una ronda de encuentros celebrados en toda Andalucía para favorecer su integración en este sector.
Al encuentro asistieron la treintena de mujeres taxistas que operan en la capital granadina, las cuales expusieron sus reivindicaciones más inmediatas, como la necesidad de ayudas para realizar cursos de defensa personal o la instalación de aseos junto a las paradas de taxis.
El secretario de la Gremial del Taxi de Granada y de la Federación Andaluza de Autónomos del Taxi, Juan Ramón Pérez Moreno, ha explicado en declaraciones a Europa Press que "cada vez son más" las mujeres que se deciden a trabajar como taxistas, una decisión que está siendo bien acogida por profesionales y usuarios.
Una de las principales reivindicaciones de las mujeres taxistas es participar en los órganos de representación del sector, así como la instalación de aseos portátiles junto a las paradas. Este asunto ya se ha abordado de manera efectiva en provincias como Córdoba, donde las profesionales pueden usar gratuitamente estos aseos mediante un sistema de lector de tarjetas.
Las taxistas también reclaman que se articulen ayudas para favorecer una integración más rápida y efectiva de la mujer en el sector, así como el impulso de cursos de conducción desde el punto de vista de la eficiencia.
La incorporación femenina al taxi se remonta a 1918, cuando una mujer de origen australiano obtuvo su licencia a los 33 años. En España, se produjo en 1965 de la mano de Piedad Álvarez, natural de León, y un año después llegó la primera taxista a la ciudad de Madrid. De este modo, "de forma lenta pero firme", la mujer se ha ido incorporando a esta profesión, integrándose en el sector en casi todas partes del mundo.
