Vejer está de moda. Vejer marca tendencia. Protagoniza titulares de manera habitual y mantiene intacta la capacidad de sorprender. Cada iniciativa que pone en marcha consigue arraigar prontamente y, con apenas unas ediciones, ser referencia en el calendario cultural y vacacional. La Noche de las Velas, el Festival de Jazz, el Día del Lomo en Manteca. Hace unas semanas volvió a ser noticia porque se ha situado entre los diez municipios españoles con mayor presencia en Instagram, con casi 100.000 menciones. Decenas de miles de turistas comparten fotografías de sus calles laberínticas y reseñas de sus exquisitas experiencias gastronómicas y vivencias inolvidables en su espectacular entorno natural. Vejer se escribe con almohadilla. Pero el éxito de la pequeña localidad de la Janda, ya consagrado, no es casualidad. Comenzó ha gestarse mucho antes de que los creadores de la red social por excelencia hubieran nacido. Internet estaba en pañales. Vejer recoge hoy los frutos de una empresa colectiva que da sus primeros pasos con la llegada de la democracia.
El primer alcalde, Antonio Morillo (UCD-CDS), lo recuerda: “Quitamos cientos de zócalos”. La cal es seña de identidad. “Cuidamos la arquitectura popular, los vecinos lo comprendieron y han visto su rentabilidad”. En aquellas fechas, el Ayuntamiento compró el Hotel San Francisco por 12 millones de pesetas y destinó el paro comunitario a su reforma y a la rehabilitación de la muralla. Ricardo Chamorro (PA) dio un paso más. Iniciada la recuperación patrimonial en mandatos anteriores y con el adecentamiento de la emblemática Plaza de España como reto, el regidor se planta en Madrid en el año 1992 para participar en Fitur. La promoción es clave y Vejer se incorporó a los circuitos comerciales de manera decidida y entusiasta. Con Antonio Jesús Verdú (PSOE), el modelo turístico se consolidó con iniciativas que discurrieron en las dos líneas iniciadas por sus predecesores: Vejer estrena planes estratégicos de turismo, inicia la rehabilitación del casco histórico y dota al municipio de equipamientos culturales. Finalmente, José Ortiz (PP) ha convertido el turismo en el eje alrededor del que giran todas las políticas municipales. Todo es turismo. La limpieza, también. La seguridad. La mejora de servicios públicos son fundamentales, sostiene, para que el visitante tenga la mejor impresión. Los vecinos se benefician, claro, y se involucran. Este es el secreto del éxito. La participación durante las últimas cuatro décadas de los vejeriegos. Y, como dice el actual primer edil, no bajar nunca la guardia. Gracias a esto, también el centro hospitalario es una realidad. Todos ganan.
El impulso al sector agrícola y, especialmente al ganadero, es muy importante para la consolidación de la marca Vejer. El retinto es uno de los argumentos más contundentes del pueblo. Una oportunidad de futuro. Pero hay retos importantes que encarar aún. Si bien es cierto que durante los noventa y los primeros años dos mil se mejoraron las comunicaciones, con la llegada de la autovía desde Chiclana, la mejora de la carretera con Medina para enlazar con la autopista Jerez-Los Barrios, la mejora de los accesos o el segundo anillo de circunvalación, la autovía con Algeciras duerme el sueño de los justos. Hace diez años, el Ministerio de Fomento remitió a Medio Ambiente el trazado definitivo para su evaluación de impacto. Se apuntaba entonces que las obras, con una inversión de 450 millones de euros, se iniciaría a finales de 2011. Hoy solo es una promesa. La reordenación de El Palmar es el otro gran tema. El caos urbanístico es un serio quebradero de cabeza. Las viviendas irregulares crecieron como setas durante años con total impunidad. Carecen de servicios básicos pero, sobre todo, suponen un problema de seguridad porque en determinadas zonas no cabe una ambulancia ni un camión de bomberos. El Ayuntamiento trabaja para solventar el problema, pero no es fácil. Por otra parte, acaba de aprobar un proyecto hotelero con 700 habitaciones y 1.500 plazas. Ortiz asegura que no afectará al entorno. Que así sea. Decenas de miles de turistas esperan seguir redescubriendo uno de los rincones, la playa virgen, con más encanto de Vejer y España.