Kim Yo-Jong, hermana del líder, y el presidente honorífico del Norte, Kim Yong-nam, presenciaron junto al presidente surcoreano un concierto
La delegación norcoreana que incluye a la hermana del líder norcoreano Kim Jong-un concluyó hoy una histórica visita a Corea del Sur que ha escenificado el acercamiento entre Pyongyang y Seúl ante el escepticismo mostrado por Washington.
En el último día de este viaje, que ha supuesto la primera visita de un miembro de la dinastía Kim a Corea del Sur y que se zanja con una invitación al presidente sureño, Moon Jae-in, para se reúna en Pyongyang con el dictador norcoreano, el grupo almorzó con el primer ministro en Seúl, donde también asistió a un concierto con Moon.
Kim Yo-Jong, hermana del líder, y el presidente honorífico del Norte, Kim Yong-nam, presenciaron junto al presidente surcoreano el segundo concierto que ha ofrecido en el país vecino la orquesta norcoreana Samjiyon, que logró un lleno absoluto en el Teatro Nacional de Corea.
En ambos actos, Yo-jong volvió a deleitar a los medios -que la han comparado con Ivanka Trump, por el rol diplomático que ésta ejerce para su padre el presidente estadounidense, Donald Trump- y a la opinión pública surcoreana por su porte sencillo y elegante y su actitud sonriente y a la vez enigmática.
De este modo, la última jornada de la representación norcoreana, que vuela de vuelta a Pyongyang en un jet privado desde el aeropuerto de Incheon (al oeste de Seúl), fue una nueva muestra de las mejoras en la relación entre las dos Coreas, técnicamente aún en guerra.
Del mismo modo, la propaganda del régimen subrayó hoy el ambiente de "candidez y sinceridad" en el que se desarrolló en la víspera la reunión del grupo con Moon, aunque obviaron la invitación realizada al presidente surcoreano, que consideró que ambos países deben crear las "condiciones necesarias" para una cumbre.
Moon también urgió a Corea del Norte a retomar el diálogo con EEUU para rebajar la tensión regional y como condición para mejorar los lazos intercoreanos.
El viaje de la representación norcoreana al Sur responde a los acuerdos alcanzados en enero entre las dos Coreas para que el Norte participara en los JJOO de Invierno que arrancaron el viernes en el condado surcoreano de PyeongChang y a cuya inauguración asistieron Kim Yong-nam y Kim Yo-jong.
Por su parte, el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, dijo hoy en el vuelo de regreso tras viajar también a Corea del Sur para asistir a la apertura de los JJOO que Moon compartió con él detalles de su reunión con la delegación norcoreana y que le reiteró la importancia de que Seúl y Washington mantengan una postura coordinada.
"La agradecí que compartiera su perspectiva sobre el asunto. Pero, nuevamente, ambos reiteramos anoche que continuaremos manteniendo una postura fuerte y coordinándonos para ejercer la máxima presión económica y diplomática sobre Corea del Norte", afirmó Pence.
Uno de los portavoces del vicepresidente añadió además que Moon le aseguró a Pence que, pese a que anteriores acercamientos con Pyongyang han deparado una relajación de la presión diplomática, en este caso solo se planteará disminuir dicha presión "cuando Corea del Norte dé pasos hacia la desnuclearización".
Los analistas ven complicado que Moon se reúna por el momento con Kim Jong por la cantidad de obstáculos que se interponen.
Entre ellos, las maniobras anuales de primavera de Seúl y Washington, que llevan dos décadas celebrándose ininterrupidamente y que muy probablemente se ejecuten tras la conclusión de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de PyeongChang, que concluyen el 18 de marzo.
Pyongyang considera estos ejercicios -retrasados por los aliados para evitar que no coincidieran con los JJOO- como un ensayo para invadir su territorio y es frecuente que responda a las maniobras lanzando misiles balísticos.
Difícilmente se podría producir la tercera cumbre intercoreana de líderes si el régimen vuelve a lanzar un proyectil, algo que no hace desde el 28 de noviembre y que podría echar por tierra los avances cosechados con el "deshielo olímpico".