El bloque conservador que lidera la canciller alemana, Angela Merkel, y los socialdemócratas de Martin Schulz afrontan este fin semana la fase final de las negociaciones para intentar reeditar la gran coalición de gobierno, con diferencias todavía sobre la mesa.
Los grupos de trabajo mixtos concluyeron ayer su labor y está previsto que los equipos negociadores estén reunidos todo el fin de semana con la esperanza de poder presentar un acuerdo mañana domingo, aunque Schulz ha dejado claro que no quiere presiones.
Más de cuatro meses después de las elecciones generales, el secretario general de los conservadores bávaros, Andreas Scheuer, recordó hoy que la meta es acabar el domingo y explicó que todavía hay que precisar la financiación de algunas de las medidas acordadas.
La vicepresidenta del Partido Socialdemócrata (SPD), Manuela Schwesig, apuntó por su parte que siguen pendientes de acuerdo dos temas claves para su formación: medidas para acabar con los contratos temporales injustificados y para garantizar la igualdad de los seguros médicos.
El calendario acordado por ambos bloques prevé cerrar un posible pacto de Gobierno este fin de semana, pero incluyó también la posibilidad de dos días extras de reuniones si los equipos lo venían necesario.
Pero la dirección del SPD todavía tendrá tarea por delante, ya que deberá convencer a sus cerca de 440.000 militantes de las bondades del pacto para que lo avalen en una consulta vinculante.
La izquierda del partido y las juventudes rechazan una nueva gran coalición con Merkel, que está en puertas de un cuarto mandato, y Schulz necesita ofrecer un buen acuerdo a sus camaradas, después de que hace dos semanas, en un congreso extraordinario, sólo el 56 % avalara el inicio de las negociaciones con los conservadores.
El expresidente del Parlamento Europeo, que asumió las riendas del SPD hace un año como la gran esperanza frente a Merkel, llevó al partido en las elecciones de septiembre a los peores resultado de su historia (20,6 %) y se ve cuestionado en sus decisiones, tras rechazar de plano una nueva gran coalición y defender después la alianza con los cristianodemócratas.
Aunque nadie habla todavía en público del reparto de cargos en el futuro gabinete, no cesan en los medios los rumores sobre el futuro de Schulz, a la espera de ver si rompe también la segunda promesa que hizo tras fracasar en los comicios, cuando garantizó que no formaría parte de un gabinete dirigido por Angela Merkel.