El Gobierno y la oposición venezolana comenzaron hoy en Santo Domingo con varias horas de retraso la primera de las dos jornadas de la nueva ronda de diálogo para buscar soluciones a la crisis que vive este país, tras los avances alcanzados en las conversaciones de diciembre pasado.
En esta primera jornada en la que se analizan los seis puntos de la agenda participan representantes del Gobierno y la oposición venezolana, así como el canciller dominicano, Miguel Vargas, y el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
Las conversaciones, que se celebran a puerta cerrada en la sede de la Cancillería dominicana, está previsto que continúen mañana, cuando se integrará el presidente dominicano, Danilo Medina, que dirigirá las negociaciones, y los ministros de Exteriores de los países acompañantes.
A su llegada a la reunión, el ministro venezolano de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, dijo que acuden con la "mejor de las expectativas para lograr un acuerdo de convivencia pacífica" que ponga fin a la violencia en su país.
Sin embargo, advirtió de que "sectores violentos" se han estado reagrupando para "volver otra vez a la violencia", y se refirió a declaraciones de organizaciones políticas de oposición en el sentido de que volverían a las calles si el diálogo no arroja los resultados esperados.
Por su parte, el diputado Julio Borges, que encabeza la delegación opositora, no hizo declaraciones a su llegada al encuentro.
Los puntos centrales para la oposición en este diálogo son lograr garantías electorales con vistas a los comicios presidenciales previstos para 2018, la apertura de un canal humanitario que permita el envío de medicinas y alimentos, la liberación de los encarcelados que consideran "presos políticos" y la restitución de unos poderes constitucionales de los que fue despojado el Parlamento.
El Gobierno pide el levantamiento de las sanciones económicas que pesan sobre algunos de sus funcionarios y el reconocimiento de la Asamblea Constituyente, un órgano plenipotenciario integrado solo por chavistas y no reconocido por numerosos gobiernos.
Horas antes del inicio de la reunión, el diputado opositor Luis Florido escribió hoy en su cuenta de Twitter que "un cambio de gobierno es necesario para frenar la crisis", y que exigen "un acuerdo que permita elecciones libres en Venezuela", al tiempo que destacó que "entre el primer encuentro y este tercero, el Gobierno de Maduro muestra una mala fe que es insensible a la crisis".
En las últimas horas también se han referido a este diálogo los cancilleres de Chile y México, los países observadores a instancias de la oposición, mientras que Bolivia, Nicaragua y San Vicente y Granadinas son los invitados por el Gobierno de Nicolás Maduro.
El ministro chileno de Exteriores, Heraldo Muñoz, confirmó su participación en la reunión de mañana en su cuenta de Twitter, pero señaló que "si no hay resultados concretos y creíbles ya, entonces no tendrá ningún sentido seguir adelante".
El canciller mexicano, Luis Videgaray, dijo, por su parte, esta semana que su país buscará promover una solución a la crisis venezolana pero siempre y cuando las condiciones para su participación como observador en este proceso sean "idóneas".
Por su parte, la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela, Delcy Rodríguez, exigió hoy "sindéresis y seriedad a los acompañantes del diálogo para que respeten códigos previamente acordados en el cumplimiento de su labor", y afirmó que Heraldo Muñoz "en las postrimerías de su cargo como canciller opta por la triste puerta trasera y sirve a bajos intereses estadounidenses".
El diálogo se inició formalmente el 1 de diciembre, después de que quedaran en el aire durante varias semanas las conversaciones de septiembre, y al término de las conversaciones del pasado 15 de diciembre ambas partes destacaron los avances pero reconocieron que necesitaban más tiempo para llegar a un acuerdo.
En el marco de ese diálogo quedaron en libertad la víspera de Nochebuena 44 políticos presos en Venezuela, una de las solicitudes que ha hecho la parte opositora en esas conversaciones, aunque todavía se exige la excarcelación de más de 200 antichavistas.
Hasta ahora, no se ha detallado en qué asuntos se ha avanzado en este proceso de diálogo, ya que según explicó el presidente Medina al término de la reunión del pasado 15 de diciembre hasta que "no se aborde el conjunto total de los temas y se llegue a acuerdos o desacuerdos sobre ellos no podemos anunciar ninguno porque de un tema depende el siguiente".