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Los conservadores ganan las elecciones en Islandia

Los conservadores cayeron 3,7 puntos y perdieron cinco de sus 21 diputados, pero aun así lograron un sólido triunfo frente al Movimiento de Izquierda Verde

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  • Benediktsson votando -

El conservador Partido de la Independencia del primer ministro, Bjarni Benediktsson, ganó las elecciones anticipadas celebradas ayer en Islandia, con el 25,3 %, escrutado cerca del 95 % de los votos, pero necesitará de varias fuerzas de centro para gobernar.

Los conservadores cayeron 3,7 puntos y perdieron cinco de sus 21 diputados, pero aun así lograron un sólido triunfo frente al Movimiento de Izquierda Verde, que mejora ligeramente los resultados de hace un año con el 16,9 % y 11 escaños, uno más.

La tercera posición es para la Alianza Socialdemócrata, que duplica los apoyos hasta el 12 % y obtiene 7 escaños.

El Partido Centrista, una nueva fuerza liderada por el ex primer ministro Sigmundur David Gunnlaugsson, entra en el Parlamento con el 10,9 % y también 7 diputados, una décima más que su antigua formación política, el Partido Progresista, que logra no obstante 8 escaños.

El Partido Pirata cayó del 14,5 % al 9,2 % y pasó de 10 a 6 diputados.

Otra nueva formación, el Partido del Pueblo, obtuvo el 6,9 % y 4 diputados, los mismos que el Partido Reformista, una de las fuerzas que gobernaba en coalición con los conservadores, que se quedó en el 6,7, casi cuatro puntos porcentuales menos.

El tercer integrante de la extinta coalición de gobierno, Futuro Brillante, perdió sus cuatro diputados y apenas superó el 1 %, muy lejos de la barrera mínima del 5 %.

Fue Futuro Brillante el que provocó hace un mes la ruptura de la coalición de gobierno con los conservadores y el Partido Reformista -la más breve en la historia del país- al descubrirse que el primer ministro había ocultado que su padre recomendó que le fuera "restituido el honor" a un amigo suyo condenado por pederastia.

La restitución del honor es un procedimiento legal, abolido por el Parlamento islandés hace unas semanas, que permitía a personas condenadas por delitos graves presentarse por ejemplo a elecciones o ejercer la abogacía si presentaban cartas de recomendación.

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