Seguidores de la organización islamista egipcia Hermanos Musulmanes han iniciado a primera hora del lunes una marcha hacia la sede de los servicios de Inteligencia Militar, según ha informado el portavoz de la formación Murad Alí.
Alí ha destacado que los manifestantes han iniciado la marcha en la mezquita de Rabaa al Adawiya, donde los seguidores del expresidente Mohamed Mursi, derrocado el 3 de julio, llevan acampados desde la caída del exmandatario.
El Ejército, que ha recalcado tener constancia de la marcha, ha emitido un comunicado en el que ha solicitado a los manifestantes "que no se acerquen a las instalaciones militares en general, y a la sede de la Inteligencia militar en concreto".
Miles de seguidores de Hermanos Musulmanes, organización a la que pertenece Mursi, han vuelto a salir este domingo a las calles de El Cairo pese a la muerte el sábado de al menos 72 personas, la gran mayoría manifestantes afines al grupo islamista, supuestamente a manos de las fuerzas de seguridad.
"No estarán satisfechos hasta que volvamos a la época del corrupto y asesino Estado securitario y de espionaje", ha denunciado vicepresidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ) --vinculado a la organización islamista--, Essam el Erian, a través de su cuenta en Facebook. "Lo intentan cometiendo estas masacres hasta ahora nunca vistas en la historia de Egipto", ha añadido.
Sin embargo, las nuevas autoridades instauradas tras el golpe de Estado insisten en que pronto van a desalojar a los simpatizantes de Mursi. "Es una fuente de terrorismo que amenaza a toda la sociedad. Se confirma día a día", ha afirmado Mustafá Hegazi, asesor del presidente interino, Adli Mansur. "Pedimos que las concentraciones se dispersen pacíficamente", ha añadido.
Este mismo domingo ha aparecido en público por primera vez desde la matanza del sábado el jefe del Ejército y ministro de Defensa, Abdelfatá al Sisi, quien se ha mostrado sonriente ante las cámaras de televisión durante una ceremonia de graduación policial.
Al Sisi, quien convocó para el pasado viernes una manifestación para autorizar al Ejército a "afrontar la posible violencia y el terrorismo", fue recibido con una cerrada ovación y fue elogiado por el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, quien le calificó de "devoto hijo de Egipto".
Mientras, la Fiscalía ha anunciado la apertura de una investigación sobre estas muertes y ha informado de que tiene ya a 72 sospechosos supuestamente responsables de delitos tales como homicidio o desórdenes públicos.