Un agente de Policía iraquí ha sido asesinado este domingo junto a cuatro de sus familiares en la localidad de Jurf al Sajar, ubicada al sur de Bagdad, en un ataque ejecutado por asaltantes no identificados.
Los hombres armados irrumpieron en la vivienda del agente y le asesinaron junto a su madre, su mujer y sus dos hijos. "Cuando llegamos al lugar encontramos todos los cuerpos en una habitación. Cada uno tenía varios disparos en diferentes partes del cuerpo", han dicho fuentes de seguridad.
El ataque no ha sido reivindicado por ningún grupo, si bien las autoridades han responsabilizado a la rama iraquí de la organización terrorista Al Qaeda y a otros grupos insurgentes suníes de la mayoría de los ataques de este tipo.
El lunes, Naciones Unidas cifró en 761 el número de muertos durante el mes de junio debido a los ataques de las milicias insurgentes en Irak, una cifra inferior a la recogida en mayo, cuando la violencia alcanzó su peor repunte desde la guerra sectaria de los años 2006 y 2007.
Pese a que la violencia está muy por debajo del nivel de aquellos años, continúan produciéndose ataques diarios de los insurgentes iraquíes de la organización terrorista Al Qaeda y otros insurgentes suníes, en un intento de debilitar el Gobierno actual, liderado por chiíes, y generar mayor confrontación en el país.
En los últimos meses, el Gobierno iraquí ha visto con creciente preocupación la expansión del conflicto en Siria a través de la frontera con varios enfrentamientos armados, así como el refuerzo del Estado Islámico de Irak, la rama de Al Qaeda en el país.