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Ritual del anuncio de la elección del nuevo papa

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La "fumata blanca" instalada en la capilla Sixtina del Vaticano ha anunciado que la Iglesia católica tiene un nuevo papa.


A partir de ese momento se pone en marcha un ritual que culminará con la bendición urbi et orbi que impartirá el sucesor de Benedicto XVI a la ciudad de Roma y a todo el mundo.


El humo blanco expelido por la chimenea instalada en la capilla Sixtina era la señal que aguardaban los miles de fieles desde el comienzo ayer martes del cónclave.


Inmediatamente después de producirse la elección canónica, el último de los cardenales diáconos, el estadounidense James Harvey, llama a la capilla Sixtina al Secretario del Colegio Cardenalicio, al Maestro de Celebraciones Litúrgicas y a dos ceremonieros.


Dado que el cardenal decano, Angelo Sodano, y el vicedecano, Roger Etchegaray, no participan en el cónclave por tener más de 80 años, el encargado de preguntar al elegido si acepta ser papa o no ha sido el cardenal italiano Giovanni Battista Re, que ha presidido la asamblea.


El cardenal Re en nombre de todos los electores pide el consenso del elegido con la siguiente frase: "¿ACCEPTASNE ELECTIONEM DE TE CANONICE FACTAM IN SUMMUM PONTIFICEM?" (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?).


Una vez dada la respuesta afirmativa, le pregunta: "¿QUO NOMINE VIS VOCARI?" ("¿Con que nombre quieres ser llamado?"). El Sumo Pontífice responde: "VOCABOR ..." (Me llamaré...)


Tras aceptar -en esta ocasión- ser el 266 sucesor del apóstol Pedro, el cardenal elegido pasará a la pequeña habitación existente a la izquierda del altar mayor de la Sixtina, bajo el "Juicio Final" de Miguel Ángel.


En esa sacristía, conocida como la "sala de las lágrimas" por las que han derramado en ella a lo largo de la historia los papas recién elegidos, meditará en solitario y se vestirá una de las tres sotanas blancas que encontrará preparadas


Ya vestido de blanco, el nuevo pontífice regresará a la Sixtina, donde será recibido con un largo aplauso por los cardenales, que uno a uno se acercará a presentarle su obediencia.


Después el primer cardenal de los diáconos (el Protodiácono), en esta ocasión el francés Jean-Louis Tauran, se asomará a la logia de las bendiciones de la basílica de San Pedro del Vaticano y anunciará al pueblo la elección del nuevo Pontífice con estas palabras: "ANNUNTIO VOBIS GAUDIUM MAGNUM; HABEMUS PAPAM: Eminentíssimun ac Reverendíssimum Dóminum, Dóminum ... SANCTAE ROMANAE ECCLESIAE CARDINALEM ... QUI SIBI NOMEN IMPOSUIT ..."


"Os anuncio una gran alegría Tenemos Papa el eminentísimo y reverendísimo señor ...el nombre Cardenal de la Santa Iglesia Romana, que ha tomado como nombre ...".


El nuevo papa pronunciará sus primeras palabras a los fieles e impartirá la bendición Urbi et Orbi.

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