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Abe quiere retractarse del perdón por el pasado militarista nipón

Abe, un 'halcón' conservador que obtuvo una arrolladora victoria en las elecciones parlamentarias del pasado 16 de diciembre, ha insistido en una entrevista en su intención de recuperar la potencia militar de su país y de renunciar a la actitud de perdón

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El primer ministro japonés, Shinzo Abe, pretende reemplazar la petición oficial de "perdón" emitida por las autoridades del país en 1995 a causa del pasado bélico de Japón en Asia por una mera e imprecisa "declaración de futuro", según ha declarado al diario conservador 'Sankei'.

   Abe, un 'halcón' conservador que obtuvo una arrolladora victoria en las elecciones parlamentarias del pasado 16 de diciembre, ha insistido en una entrevista al rotativo en su intención de recuperar la potencia militar de su país y de renunciar a la actitud de perdón que había caracterizado a otros gobiernos anteriores, en particular a las disculpas hechas en 1995 por el entonces primer ministro, Tomiichi Murayama.

   "La declaración de Murayama fue emitida por un primer ministro del Partido Socialista", declaró Abe. "Mi intención es emitir una declaración de futuro más adecuada al siglo XXI", agregó, para lo cual, explicó, va a consultar a los expertos respecto a los detalles y a los tiempos de esa declaración.

   Abe pertenece a una adinerada familia política en la que destacó su abuelo, Nobusuke Kishi, ministro durante la Guerra Mundial y encarcelado tras el fin de la contienda, aunque nunca llegó a ser juzgado por ningún tribunal de crímenes de guerra. Kishi fue primer ministro entre 1957 y 1960. Abe llegó por primera vez al Parlamento en 1993, tras la muerte de su padre, un antiguo ministro de Asuntos Exteriores.

   Shinzo Abe mantiene posiciones intransigentes respecto a los japoneses secuestrados hace décadas en Corea del Norte y respecto al control de las islas de Senkaku/Diaoyu, que se disputan Japón y China, y es partidario de reforzar militarmente al país para contrarrestar el poder de Pekín. En 2006, durante su primer mandato como primer ministro, impulsó a través del Parlamento una ley de educación destinada a "restaurar el patriotismo" en los planes de estudio.

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