Subaru ha sometido a su coupé BRZ, que llegó al mercado en 2012, a una actualización que le ha hecho ganar enteros en el diseño exterior y en el comportamiento dinámico, lo que hace todavía más apetecible a este pequeño deportivo de 200 CV que se puede adquirir por algo menos de 30.000 euros con descuentos.
El BRZ, como la mayoría de sus hermanos de gama, es bastante desconocido por el público en general en España, lo que tiene sus ventajas, ya que no pasa desapercibido y raro es el momento en que no se para alguien por la calle para contemplarlo o algún conductor aumenta su velocidad para poder identificarlo.
Lo dicho es un automóvil llamativo, especialmente en la vista trasera, por el alerón de aluminio que ahora monta encima del portón trasero y que recorre a éste de punta a punta.
No menos impactantes son los faros de Led, que parecen salirse de la carrocería al no ir encastrados completamente en la chapa. Dan un toque agresivo al vehículo, junto a la doble salida de escape.
La parte delantera tampoco deja indiferente gracias a un capó abombado y musculoso, que linda con unos faros en forma de lágrima horizontal de Led (incluidos los antiniebla).
El paragolpes ha sido rediseñado para que el motor puede refrigerarse mejor.
En la vista lateral, las llantas de diecisiete pulgadas y los remates en forma de branquias que hay junto a los retrovisores son los protagonistas.
La sorpresa que genera el BRZ la primera vez que se le ve parado o en movimiento lleva a muchos a acercarse para comprobar si el interior es igual.
Y la verdad es que tiene algunos detalles que afean un interior deportivo. Es el caso del reloj digital que hay en la parte central del salpicadero o la grafía que muestra la pantalla TFT de 6,2 pulgadas si no se opta por el navegador.
Pero para el conductor no es un problema, ya que a él lo que le va interesar más es el cuadro de relojes que tiene delante, en el que el cuenta revoluciones llega hasta las 9.000 rpm (la franja roja está a partir de las 7.500 rpm) y el velocímetro marca hasta 260 km/h (la velocidad máxima es de 226 km/h).
Ambos detalles dan fe de que este tracción trasera con motor boxer atmosférico de gasolina de dos litros es un coche muy divertido de conducir, que deja un buen sabor de boca tras paladearlo por carreteras de curvas.
En estos trazados va entre raíles gracias a un reparto de pesos muy equilibrado, que le hace ir pegado al suelo; y a una puesta a punto de muelles y amortiguadores que sujeta muy bien al coche en curva. El centro de gravedad está a 46 centímetros del suelo.
Para lo que gusten de emociones fuertes el Subaru BRZ ofrece la posibilidad de desconectar completamente los controles de tracción y estabilidad con la función Track, que está al lado de la palanca de cambios.
El BRZ cuenta con una dirección rápida que hace fácil llevar al coche por donde se quiera sin que la tracción trasera juegue una mala pasada.
La amortiguación no es excesivamente dura, lo que evita que el coche parezca una tabla cuando se pasa por baches y permite utilizar el coche a diario sin que sufran los riñones como sucede en otros vehículos de la competencia.
La butaca del conductor, al igual que la del acompañante, ofrece buena sujeción en curva y desde ella se accede fácilmente a todas las funciones del sistema de audio, que es nuevo. Tiene tecnología Starlink para una mejor conectividad, sonido y recepción de la radio.
Por primera vez se pueden manejar las funciones básicas del equipo de sonido desde el volante o por medio del sistema de reconocimiento de voz.
Para personas de más de 1,80 metros de altura es fácil ponerse al volante, por lo bajo que queda el asiento del suelo. El problema será para el ocupante que vaya inmediatamente detrás que verá reducido al mínimo el espacio para sus piernas.
A pesar del trabajo de mejora de la insonorización y de reducción del ruido el motor se hace notar más de lo deseado en el interior. Si cuando se práctica conducción dinámica es un aliciente más, en viajes largos se hace un poco molesto.
Ya que hablamos del motor, que bajo el capó cuenta con dos barras estabilizadoras, indicar que no le hace falta más potencia a este vehículo de 4,24 metros de largo y un peso de 1.234 kilogramos para pasarlo bien al volante.
Empuja con fuerza, aunque con un turbo aún lo haría más rápido, y no tiene lagunas significativas de potencia.
Es una delicia estirarlo más allá de las seis mil vueltas por el buen funcionamiento de la caja manual de seis velocidades, cuya palanca queda muy cerca de un largo freno de mano de accionamiento manual.
Del consumo decir que la marca le ha homologado uno mixto de 6,3 l/100 km, 0,1 l/km menos que los del anterior propulsor 2.0. En la prueba realizada por Efe se ha logrado mantener por debajo de los 8 l/100 km siendo conservador con el acelerador.
En suma, el BRZ es como se dice coloquialmente un juguete que si no se lleva al límite no requiere de manos expertas. La entrega de potencia no es desbocada y los sistemas de tracción y de estabilidad solo se hacen notar si son necesarios. Para los amantes de la adrenalina está la citada función Track, más apropiada para un circuito.
No tiene mucha competencia debido a que las marcas con la crisis no han renovado sus apuestas en el segmento coupé. En general, por precio les gana, pero no en potencia.
Subaru en el momento de la prueba tiene vigente un descuento de 1.250 euros, con lo que la versión de acceso se queda en menos de 30.000 euros.
La diferencia entre el acabado Sport (de acceso) y el tope de gama (Executive) es de 1.500 euros, que es también lo que cuesta la caja automática de seis relaciones (solo disponible para Executive).