Los profesores de Física José María Martín Olalla, de la Universidad de Sevilla, y Jorge Mira Pérez, de la Universidad de Santiago de Compostela, han alertado de que eliminar el 'horario de verano' en España empeoraría los efectos de la insolación estival ya que la actividad se desarrollaría en las horas centrales del día.
Esta semana, las temperaturas se situarán por encima de los valores habituales para el verano, destacando Galicia, donde se superarán los 40ºC en zonas del valle del Miño, aunque los termómetros comenzarán a bajar a partir del viernes 25 de agosto, según la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
En declaraciones a Europa Press, el catedrático de la Facultad de Física de la Universidad de Santiago de Compostela ha rechazado la idea de que si España tuviese el horario de Londres pasaría menos calor. "De eso nada", ha enfatizado el experto, que ha explicado que el horario de verano modifica la hora para que, de alguna manera, las personas centren su actividad por la mañana y eviten las horas centrales del día, cuando más calor hace.
"Ese es uno de los beneficios del horario de verano, es decir, te hace ajustar la hora de levantarse, la acerca al momento de salida del sol, de modo que se desperdician menos horas de sol por la mañana para hacer las cosas. La gente tiende a hacer su trabajo por la mañana", ha señalado el profesor Jorge Mira Pérez.
El 'horario de verano', que supone adelantar una hora los relojes para aprovechar mejor la luz solar por las tardes, es una práctica que se lleva a cabo todos los últimos domingos del mes de marzo y cuyos antecedentes más lejanos se remontan al imperio romano.
En este sentido, el experto en Física ha defendido que el horario de verano "ayuda" a evitar las horas centrales de calor y ha agregado que suprimirlo supondría que en la prácticas las personas estuviesen trabajando o estudiando una hora más tarde de la actual.
Por su parte, José María Martín Olalla ha indicado que "modernamente, desde el siglo XX", la sociedad se ha acostumbrado a funcionar con relojes y a tener horarios estables durante todo el año, mientras que "la hora del amanecer va cambiando progresivamente a lo largo del año". "No hay una hora del amanecer fija, concreta o estable a lo largo del año, y nosotros pretendemos tener una hora de entrada al trabajo que sea lo más estable posible", ha detallado.
Así, el profesor de la Universidad de Sevilla ha indicado a Europa Press que en España amanece en invierno sobre las 8.30 horas --adelantándose progresivamente-- y en verano amanece un poco antes de las 6.00 horas. "Si amanece un poco antes de las seis de la mañana y uno sigue entrando al trabajo a las nueve de la mañana, resulta que tiene tres horas de margen que ha desaprovechado", ha remachado.
Asimismo, José María Martín Olalla ha defendido que la pérdida de tiempo no es la única parte negativa de suprimir el 'horario de verano'. "Se tendría una actividad laboral en unas horas con una insolación bastante alta, los niños van a estar en el colegio en horas de insolación relativamente importante", ha destacado.
MUCHOS TENDRÍAN QUE ADELANTAR EL HORARIO LABORAL
Según el experto, si no se aplicara el cambio de horario, "habría muchas personas que tendrían que adelantar su jornada laboral" como en el caso de las personas que trabajan en la construcción o el comercio, ya que la gente saldría a hacer sus compras antes para evitar el calor de las horas centrales del día.
"Además es una cosa que la sociedad tolera bastante bien en general", ha declarado el profesor, que ha agregado que es una medidas que se sigue aplicando "40 años después de que se implementara por última vez en Europa porque es beneficioso para las personas que están trabajando y para las que van a hacer una actividad". Así, ha insistido en que se trata de trasladar una hora de ocio por la mañana a una hora de ocio por la tarde con luz solar.
Otro de los argumentos esgrimidos por José María Martín Olalla es que se trata de algo que "hacía la Humanidad desde siempre, es decir, en el verano se adelantaba un poquito sus costumbres siguiendo el amanecer. "Lo único que ha cambiado es la forma de hacerlo, ahora estamos mas gobernados por el reloj", ha afirmado, al tiempo que ha insistido en que "no es muy diferente de lo que viene haciendo la Humanidad desde tiempos inmemoriales".
CAMBIO DE COSTUMBRES
En este debate, el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), José Luis Casero, ha aclarado a Europa Press que "una cosa es el tiempo, que es una unidad de medida, y otra cosa es la temperatura". "El calor va a ser el mismo, únicamente se distribuirá de forma diferente y te pillará en un sitio o en otro", ha recalcado.
"El reloj no tiene que ver con el termostato", ha manifestado Casero, para después añadir que ARHOE propugna el cambio de horario por otras razones y no por la temperatura solar. "El cambio de hora tendrá otras consecuencias positivas sobre cambio de costumbres, estar donde tenemos que estar, facilitar otros hábitos", ha dicho, y ha agregado que para eso son necesarias modificaciones legislativas que lo favorezcan, como la flexibilidad horaria, que se acorte los periodos de almuerzo en las empresas.
El cambio de horario, tal como se conoce en la actualidad, se remonta a la década de los 70, cuando se produjo la primera crisis del petróleo. Entonces, algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar.
No obstante, los orígenes del 'horario de verano' (o DST 'Daylight saving time', por sus siglas en ingles) se remontan mucho más atrás y hay historiadores que recuerdan que las clepsidras o reloj de agua de los romanos tenían diferentes escalas en función del mes del año que fuera.
Una encuesta realizada en 2014 por el Instituto de Estudios Opinea señaló que el 68,4% de los españoles está a favor de cambiar el huso horario en España y volver a la hora que marca el meridiano de Greenwich, es decir, el horario de Londres y Portugal, que tiene una hora menos que el horario actual en España peninsular y Baleares.