Un equipo de investigadores españoles ha identificado una molécula para el potencial tratamiento del ictus, enfermedades cerebrovasculares que engloban un conjunto de trastornos causados por la disminución del flujo sanguíneo cerebral.
Los resultados de esta investigación se publican en la revista ACS Chemical Neuroscience, en un artículo que firman, entre otros, científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Este organismo recuerda que las enfermedades cerebrovasculares son la segunda causa de muerte, la primera en mujeres, además de la primera causa de discapacidad permanente y la segunda de demencia.
Hay unos 120 nuevos casos por cada 100.000 habitantes al año en España y más de la mitad de los pacientes acaban incapacitados o fallecen; a pesar de su gran impacto social, no hay un tratamiento terapéutico adecuado para la mayoría de los afectados.
Las enfermedades cerebrovasculares o ictus comprenden un conjunto de trastornos como consecuencia de una disminución del flujo sanguíneo cerebral o de procesos hemorrágicos cerebrales, que causan graves secuelas neurológicas, explica José L. Marco-Contelles, uno de los firmantes de este artículo.
La disminución del flujo sanguíneo induce un proceso isquémico (detención o disminución de la circulación de la sangre a través de las arterias), de manera transitoria o permanente que puede afectar a solo una parte (isquemia focal) o a todo el cerebro (isquemia global).
Ante esta patología, la atención médica a los pacientes afectados súbitamente por un ictus isquémico debe ser urgente y especializada, y preferiblemente dentro de las primeras tres horas del inicio de los síntomas.
Sin embargo, no hay un tratamiento adecuado para la mayoría de los afectados, apunta el CSIC.
En este trabajo, un equipo multidisciplinar con investigadores del Instituto de Química Orgánica General de Madrid (CSIC), del Hospital Ramón y Cajal de Madrid (IRYCIS), y del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), ha identificado la molécula quinolil nitrona RP19 como "un potente" agente neuroprotector en modelos experimentales 'in vitro' e 'in vivo' de isquemia (modelo animal).
El estudio confirma el potencial terapéutico de esta molécula y abre nuevas y "prometedoras perspectivas" para el inicio de los estudios pre-clínicos para evaluar su potencial uso en la terapia del ictus, señala el CSIC.