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Málaga

Lifting a los ilustres de Málaga

La majestuosidad del comandante Benítez domina el Parque. La estatua del insigne militar es una de las doce que en estos días se están restaurando gracias a las manos expertas de Quibla Restaura. Las palomas, las pintadas y el paso del tiempo son los principales 'enemigos' de estas obras de arte

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El Parque de Málaga es el pulmón verde de la capital y un punto de encuentro con el arte. Este museo al aire libre alberga especies representativas de la botánica, que otorgan exotismo al entorno, así como una amalgama de manifestaciones artísticas expuestas a los ojos de todos. Una docena de esculturas en memoria de ilustres de la tierra junto con protagonistas de las costumbres populares están recuperando su esplendor perdido, gracias a la escrupulosa restauración de las manos expertas de Quibla Restaura.

El negociado de Patrimonio Histórico Artístico, perteneciente al Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga, ha impulsado esta intervención que estará finalizada antes de las Navidades.

Joaquín Gallego, de Quibla Restaura, se afana con firmeza en la grandiosa estatua en homenaje al comandante Benítez y a los héroes de Igueriben, obra de Julio González Polo esculpida en los años veinte del pasado siglo. La suciedad que acumula la escultura ha obligado a los restauradores a recurrir al agua a presión, a los tensioactivos y a las esponjas.

“Las palomas son un gran problema para estas obras de arte. Los excrementos son muy perjudiciales para la piedra y hemos tenido que llevar a cabo una limpieza en profundidad de todo el conjunto escultórico”, explica Gallego, quien añade que se ha hecho uso del bisturí en las concreciones.

Esta puesta a punto también arreglará los efectos devastadores de los vándalos. Un claro ejemplo ha sido la retirada de grafiti de la pandereta del Verdialero, de Miguel García Navas, o las pintadas en la cara del cronista y polígrafo Narciso Díaz de Escovar. Al respecto, el especialista detalla que se ha llevado a cabo una limpieza a lija y se ha repuesto la pátina.

Al bronce en honor al doctor Gálvez Ginachero, de Adrián Risueño, han tenido que retirarle una pintura anterior. El trabajo se ha rematado con la aplicación de una pátina natural. Mientras, la emblemática Punto de Vista, de Tony Cragg, en la intersección entre las calles Larios y Strachan, luce una nueva imagen. Según Gallego, acumulaba una capa blanca procedente de la cal del agua de los baldeos, que ha sido eliminada en su totalidad.

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