El reciente estudio realizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Cátedra Esports de la
Universidad de Málaga (UMA), en colaboración con el
club de esports GIANTX, arroja luz sobre el fenómeno del odio en el ámbito del gaming, revelando que la mayoría de los '
haters' son
hombres con estudios básicos que dirigen su animadversión principalmente hacia las jugadoras. Este informe, presentado en el Polo Nacional de Contenidos Digitales del Ayuntamiento de Málaga, destaca las características y dinámicas del odio dirigido a creadores de contenido y jugadores en redes sociales.
Dirigido por los investigadores Manuel Fernández Navas (UMA) y Manuel Jiménez (UNIR), el estudio involucró a
165 participantes entre creadores de contenido,
jugadores amateurs e
influencers del ámbito de los esports. Los resultados evidencian que las jugadoras son las principales receptoras de ataques, llevando a un 58% de ellas a ocultar su género en redes sociales para evitar situaciones tóxicas y poder disfrutar del gaming en paz. Las agresiones se centran en su condición de mujeres (61%) y su apariencia física (44%).
Por otro lado, los jugadores masculinos
sufren ataques principalmente por su nacionalidad, etnia u orientación política, con un porcentaje de afectados que varía entre el 15 y el 30%. Los profesionales de esports, debido a su influencia y la competitividad inherente a su campo, experimentan un nivel de odio significativamente mayor. Además, la frustración asociada a las apuestas deportivas exacerba estos ataques.
El nivel educativo también juega un
papel crucial en el fenómeno del odio en el gaming. El estudio indica que las personas con estudios superiores son más propensas a recibir insultos, mientras que aquellos con menor nivel educativo son los principales emisores de dichos ataques. Hasta el 35% de personas con estudios básicos insulta en redes sociales, dirigiendo su odio hacia individuos con estudios superiores y atacándolos por aspectos políticos, orientación sexual, étnicos o de apariencia personal.
El estudio también aborda cómo los algoritmos de las redes sociales
amplifican el contenido que provoca fuertes reacciones emocionales, especialmente las negativas, fomentando una cultura de impunidad y normalización del odio en el entorno digital. Manuel Jiménez, coautor del estudio, subraya la insuficiencia del marco legal y la educación en el respeto y uso ético de las tecnologías digitales.
A pesar de la gravedad del problema, existen esfuerzos para combatir este clima de odio.
Sandra Cabeza ‘Leviathan’, creadora de contenido de GIANTX, y
Virginia Calvo, cofundadora y directora de operaciones del club, destacan la importancia de fomentar una comunidad sana y respetuosa. GIANTX promueve activamente el buen comportamiento digital mediante la educación y la proyección de vídeos en centros educativos, así como talleres en su sede, Home of GIANTX, para
inculcar valores de respeto e inclusión entre los jóvenes.
El problema del odio en línea no es exclusivo de los esports, pero
afecta de manera particular a este colectivo, llevando a desarrolladoras como Riot Games a endurecer sus normas contra estos comportamientos. La investigación pone de manifiesto la necesidad urgente de una mayor educación y medidas legales para combatir esta lacra y asegurar un entorno digital más seguro y amigable para todos los usuarios.