Las
temperaturas no son tan altas como ayer y
el viento se ha calmado, lo que permite que "se siga trabando desde el suelo", explica
Juan Sánchez, director del centro operativo regional del plan infoca.
Son buenas noticias, que también vienen acompañadas de malas. Se está produciendo una
inversión técnica, alerta Sánchez. Es un tipo de característica que toma la atmósfera
cuando la temperatura del aire, en vez de descender mientras subimos en altura, como es normal, va ascendiendo cada vez más. Se prevé que la inversión térmica pueda "romperse a las 12 del mediodía".
El
humo no permite, de momento, que vuelen las aeronaves, lo que está
"dificultando las tareas de extinción". Ahora mismo,
la parte donde empezó el incendio es "la más complicada por las fuertes pendientes. Ahí es donde tenemos previsto un ataque mixto con medios aéreos", indica el director
.
No se trata de un incendio de sexta generación, como el que se produjo en Sierra Bermeja en septiembre del año pasado y las características entre ambos fuegos "son muy diferentes".
El de hace 10 meses pasó a finales del verano, mientras que este se ha producido a principios, por lo que "no tiene nada que ver la situación del combustible en el monte de aquel momento con este otro". "El recuerdo de aquel incendio en este era inevitable", reconoce Sánchez, aunque las mejores condiciones de este les están dejando trabajar en mejores condiciones y con mejor evolución.
La evolución del incendio dependerá de las condiciones climatológicas. El fuego está limitado y de momento ya se han quemado unas 2.150 hectáreas y hay 2.000 desalojados. De momento, se sigue investigando las posibles causas del inicio de las llamas.