Es una de esas paradojas que se pueden llamar oportunas. Este miércoles, Unicaja Banco anunciaba que la fusión con Liberbank le ha reportado 1.395 millones de beneficio neto hasta septiembre, o lo que es lo mismo, 12 veces más que en el mismo periodo de 2020, pero también entregaba a los sindicatos la documentación del ERE durante la primera jornada de negociaciones del periodo formal recién abierto.
Entre las cifras macroeconómicas ofrecidas por la entidad destacaban que Unicaja Banco ganó 156 millones en los nueve primeros meses, un 41% más en términos recurrente; que los recursos de clientes, en términos interanuales, se incrementaron un 9,7% y la inversión crediticia productiva creció un 3,4; la intensa actividad hipotecaria, cuyo saldo vivo creció un 4%, hasta alcanzar la cartera los 31.001 millones, y con un elevado ritmo de nuevas formalizaciones, que aumentaron respecto al mismo período del año anterior un 56%, o que los fondos de inversión lograron una suscripción neta trimestral de 389 millones, hasta alcanzar el patrimonio los 11.811 millones, lo que supone un aumento en términos interanuales del 27,2%.
Unas cifras que no frenaron este miércoles una caída en bolsa de un 2,33 por ciento, ya que poco antes de las 10.00 los títulos de Unicaja se situaban en 0,92 euros.
Y entre las sensaciones sindicales, como las de CESICA, que ya anunció “una negociación dura, con paros y huelgas que serán imprescindibles para forzar a Unicaja a mejorar sustancialmente sus propuestas”; y es que para el sindicato independiente, “unos resultados de esta envergadura no son coherentes con que las condiciones ofrecidas sean las peores de todos los ERE del sector financiero español”.
Para el sindicato, hay que poner en valor “el meritorio trabajo de la plantilla del banco que permite obtener estos beneficios en un escenario absolutamente adverso”. CESICA insistía ayer en su preocupación por “la pérdida de empleo, el cierre de oficinas y la exclusión financiera que se puede sufrir en muchas poblaciones”.
Desde CCOO por su parte, lamentaron que el banco “haya iniciado el periodo de consultas en el que disponemos de apenas 30 días para negociar sin haber agotado todas las vías que teníamos en el informal que dispone el Convenio Colectivo”, algo que estimaron “especialmente grave” si se considera que “en los procesos anteriores que hemos vivido en Unicaja -no así en Liberbank-, los consensos se establecieron durante el periodo informal y solo cuando se había llegado a un acuerdo se abrió el periodo de consultas”, una forma de actuar, aseguran, que “contradice la supuesta buena voluntad que la empresa manifestó en las primeras reuniones” y que “aboca a un clima de conflictividad durante noviembre” si Unicaja no acerca posturas.
Desde CCOO señalaron que “con estos números, Unicaja no puede decirle a la plantilla sin sonrojarse que pretende prescindir de 1.513 personas (de las cuales el 88,5% quiere que sean, menores de 50 años) y con unas indemnizaciones de vergüenza, imponer la movilidad obligatoria a 90 kilómetros y llevar a cabo una armonización laboral a coste cero”.