Los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne acuden a Cannes con 'La fille inconnue' y el filipino Brillante Mendoza con 'Ma´Rosa'
Con dos aproximaciones totalmente opuestas, tanto desde el punto de vista formal como narrativo, las dos películas presentadas en la jornada de ayer del Festival de Cannes, tienen en común, el tema de la pobreza en el mundo que nos rodea.
La fille inconnue, de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, ganadores de la Palma de Oro en dos ocasiones (Rosetta, en 1999 y Le fils, en 2002), cuenta la historia de una joven y entregada doctora de familia a la que la policía informa que una joven sin identidad ha sido asesinada cerca de su consulta. Cuando se da cuenta de que no había atendido a la llamada de esa chica, tras su hora de cierre, el sentimiento de culpa le empuja a buscar la identidad de la chica asesinada, encontrándose con un mundo lleno de miserias y de explotación. La película, con la mirada siempre limpia de sus directores, va entretejiendo con habilidad la vida cotidiana de la joven doctora y los problemas de sus pacientes, con los detalles de su investigación personal y se sigue con mucho interés, pero, a pesar de la sólida interpretación de Adèle Haenel y de su alto nivel, no consigue brillar a la altura de las obras anteriores de estos excelentes realizadores.
En las antípodas se sitúa Ma’ Rosa, del filipino Brillante Mendoza, que cuanta la historia de una mujer que hace todo lo que puede por sacar adelante a su familia en una terrible y sórdida Manila. Cuando la madre es arrestada por tráfico de drogas, cada uno de los hijos trata, con todos los medios a su alcance, de conseguir el dinero necesario para pagar la “mordida” exigida por unos policías corruptos. Con un estilo feista, muy adecuado a la realidad que nos cuenta, la película nos arrastra a un sucio mundo en el que la supervivencia, día a día, resulta tan dura.
La jornada de ayer tuvo uno de sus puntos fuertes en la clase magistral ofrecida por William Friedkin, el mítico director de The French Conection, El exorcista o Carga maldita, entre muchas otras.