Queda mucha “letra “pequeña” todavía que leer de la ITI, los fondos europeos de los que todas las administraciones hablan últimamente para referirse a la denominada Inversión Territorial Integrada que en Jerez dejará una inversión de 20 millones en proyectos a realizar en los próximos dos años. No obstante, en estos momentos, como advirtió ayer el delegado del Gobierno andaluz en Cádiz, Fernando López Gil, el programa de la ITI es “mejorable” pues “está todo por decidir, por lo que la “definición final” de las actuaciones se alargará hasta después del verano.
La idea es que en esa fecha la Junta y los distintos sectores hayan cerrado los trabajos ajustándose a las necesidades de la economía local y de la provincia. A priori, lo que tiene claro López Gil, es que a la zona le sobran proyectos “en los cajones” por lo que toca “afinar bien” e “ir al detalle” para “acertar” y “encauzar” la financiación. Para ello es fundamental escuchar a los sectores. Con una provincia con 2.500 viticultores, casi 9.000 hectáreas relacionadas con el vino, que supone el 30% de toda Andalucía, a estas alturas es indiscutible que el vino es uno de los sectores estratégicos mejor situados, lo que explica que la ITI recoja partidas “potentes” que ahora hay que definir y que en el caso del enoturismo alcanza los 6,8 millones, sin contar los más de 16 destinados a modernización de los espacios agrarios. “Cada partida tiene un montante y luego está el global, que ahora habrá que disgregar por diferentes acciones, asignándose las partidas concretas según las demandas”, precisó el delegado del Gobierno andaluz en la provincia en la visita que realizó al Consejo Regulador del Vino para exponerle los objetivos de estos fondos a fin de cerrar con ellos una estrategia global de acción para el sector del vino.
Si bien era la primera vez que se sentaron con la institución del vino para hablar de este programa, hasta el momento, como dijo, se han celebrado distintas reuniones de la mesa de participación de la agroindustria, donde este sector está representado a través de los colectivos empresariales en los que, según insistió López Gil, hasta ahora se han aprobado “por unanimidad” los proyectos que se han ido planteando, en contra de lo que han cuestionado otras voces y las formaciones de Ganemos e IU. “Ha habido consenso absoluto en los proyectos y ahí están las actas para comprobarlo”, reiteró.
Diversificación económica del viñedo
En cualquier caso, resulta cuanto menos precipitado dar cualquier actuación por cerrada. Basta con poner un ejemplo: la diversificación del viñedo para la que se destinan casi siete millones de euros, planteando el enoturismo como una actividad complementaria a la producción, está aún pendiente de que la Junta saque una nueva orden de convocatoria para que las empresas puedan presentar ofertas.
Una norma que hay que “definir” al igual que los criterios, y que irremediablemente recuerda al frustrado Plan del Viñedo que la Administración andaluza echó atrás en su día al Ayuntamientno. De momento, lo que le consta al delegado del Gobierno es que hay interés tanto en las explotaciones tradicionales como en las más modernas.
Llevar luz y agua a las viñas
Beltrán Domecq, presidente del Consejo Regulador, aseguró ayer que la diversificación del viñedo es una de las demandas del sector, que reclama luz y agua para hacer factible los proyectos, una petición que ahora habrá que “definir”.
