sandra sánchez n. jerez
Entre 2012, 2013 y 2014 han salido de España 525.358 jóvenes de entre 18 y 35 años. Es como si la ciudad de Jerez y los municipios más importante de la Bahía de Cádiz se hubieran quedado desiertos por completo.
Los llaman expatriados por la crisis, y se cuentan por cientos de miles. Los que se quedan son muchos más, pero su situación es dramática igualmente: 18.143 jóvenes de la provincia de menos de 25 años no tiene trabajo. De entre todos los municipios, Jerez es el que tiene un mayor número de jóvenes desempleados, porque es el municipio más poblado, pero también porque proporcionalmente muestra un índice de paro juvenil significativo: 3.055 jóvenes de menos de 25 años no tienen un trabajo, según datos aportados por la Unión Provincial de CCOO a partir de los datos de la última EPA.
El resto de los jóvenes en activo (los que no están estudiando y no están incapacitados para trabajar), accede a trabajos precarios y temporales. Y está es una de las principales causas por las que los jóvenes que han crecido justo antes y durante de la crisis, tienen que posponer sus proyectos de vida y su independencia.
Un informe del Observatorio de la Emancipación, estudio trimestral que realiza el Consejo de la Juventud de España (CJE), revela que solo el 19,5 % de los jóvenes andaluces de entre 16 y 29 pudo salir del hogar de sus padres en el último trimestre de 2014. Una cifra que deja a nuestra comunidad por debajo de la media de emancipación de esos jóvenes en el resto de España, donde la media está en 21,5 %. Y sitúa como las principales causas de este retraso en la “subocupación, la sobrecualificación y la temporalidad” de los contratos de trabajo a los que pueden acceder estos jóvenes.
Además cuenta el precio de la vivienda: la provincia de Cádiz es la segunda de toda Andalucía con la vivienda más cara. Aquí, el coste medio de una vivienda en propiedad en el último trimestre de 2014 fue de 131.280 euros, según el informe del CJE.
Para un joven de entre 16 y 29 años, pagar una vivienda en propiedad supondría más un 50 % de sus ingresos laborales. Si contamos además que menos del 40 % de los jóvenes de la provincia están trabajando, el panorama para acceder a la vivienda en propiedad se complica. La radriografía de la llamada “generación perdida” pasa por un retrato cualitativo del tipo de trabajo al que acceden los jóvenes y el perfil del solicitante de empleo: trabajos por horas, a media jornada, por meses y sin visos de conseguir un contrato fijo, una figura que ya es de otro tiempo.
Trabajos no cualificados para una generación que encabeza, según un estudio de la OCDE con datos de 2013, el índice de subocupación de la Unión Europea: con una tasa del 22 %, España es el país donde más jóvenes de entre 15 y 24 años tienen contra su voluntad ‘trabajos basura’ por horas, mal remunerados y poco estables.
El mismo informe de la OCDE alerta de que España es uno de los países donde más trabajadores poseen una cualificación superior a la que requieren sus trabajos.
Los datos son demoledores. Y a los jóvenes tal vez les quede solo acceder a la vivienda alquilada, una alternativa que, obligados por las circunstancias, cada vez más hogares contemplan a la hora de hacer realidad su proyecto de independizarse.
Eternos compañeros
El fenómeno va a más, y en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao o Sevilla está empezando a hacerse frecuente una nueva tendencia: la de compartir piso más allá de la etapa universitaria y no vivir con pareja o solo.
Un modelo que ya no es extraño en el resto de Europa o en Estados Unidos, está llegando a nuestro país y va avanzando hacia el sur fruto de la crisis: para una persona con un sueldo precario, vivir sola de alquiler y emanciparse es una misión imposible.
Viven de forma similar a las familias, pero con la libertad de ser compañeros de piso, y así comparten gastos y ganan en independencia.
Propiedad o alquiler
El cambio de modelo parece estar generalizándose en la mentalidad del joven. “El modelo de la vivienda en propiedad como tenían nuestros padres no es sostenible en absoluto”, afirma Marta Medina, doble graduada en Derecho y Ciencias Empresariales. Para ella, como para otros jóvenes jerezanos, “no existen las posibilidades ni las ofertas de trabajo que tenían anteriormente nuestros padres, que,con 24 años, ya tenían casa y trabajo estable”, y añade que “hoy es raro el caso de un joven de 24 años que tenga vivienda propia. La edad de independizarse se ha retrasado, y con ella todo el modelo de vida anterior, ya que hoy en día, todo es una reacción en cadena”.
Además de las dificultades de acceso a créditos hipotecarios y el alto precio de la vivienda, el joven no quiere lastrarse con una hipoteca: “tener una casa en propiedad ahora mismo es condenarse a tener que estar pagando el resto de tu vida y aparte te estás condenando a ti mismo a conservar un trabajo para poder pagar una cas”, asegura Cristóbal Sánchez, jerezano de 26 años, graduado en Pedagogía y expatriado por la crisis.
Según un estudio elaborado en 2009 por el departamento de Sociología de la Universidad de Granada y CCOO, “las exigencias de los jóvenes, en especial los de la clase obrera, por tener una vivienda en propiedad, retrasa la edad de emancipación, porque prefieren emanciparse con una casa propia que de alquiler, al primar entre ellos el ‘discurso tradicional’ de dar prioridad a la propiedad”. Según ese informe, no ocurre lo mismo con los jóvenes con estudios superiores y procedentes de familias de profesionales y técnicos con estudios, “que suelen estar más abiertos a independizarse aunque sea de alquiler”.
Las cosas parecen haber cambiado en seis años y ahora se generaliza y se normaliza el modelo de la vivienda en alquiler siempre y cuando los ingresos de los jóvenes lo permitan.
Aunque el Informe del Observatorio de la Emancipación del CJE no coincide: el 9,3 % de los jóvenes andaluces de entre 16 y 29 años no tiene estudios o realizó estudios primarios, el 39,9 % realizó estudios secundarios, el 31,4 % realizó estudios secundarios postobligatorios, y el 19,4 % realizó estudios superiores. Y el número de jóvenes que pudieron independizarse en el último trimestre de 2014 fue mayor cuanto menor era el nivel de estudios alcanzado por estos.
De este modo, el 29,3 % de los jóvenes sin estudios o con estudios primarios se independizó el en último trimestre de 2014 en Andalucía, el 16 % de los que cursaron estudios secundarios postobligatorios se emancipó en dicho periodo, y en entre los que recibieron una formación superior, el 21,6 % formó un hogar.
Algo que parece estar en línea con el cambio de prioridades de la llamada “generación perdida”. Ahora la prioridad de quienes han cursado estudios superiores es la de desarrollar una carrera profesional.
Expatriados
El mismo informe del Consejo de la Juventud de España, ofrece datos provisionales acerca de movimientos migratorios de los jóvenes en 2014; así, la inmigración a nuestro país ha crecido en un 11,56 % y la emigración de jóvenes españoles al extranjero bajó un 24,8 %. Pero si sumamos el conjunto de jóvenes formados que saló de nuestro país desde que comenzó la crisis, estamos ante un importante movimiento poblacional de gente formada que ahora genera riqueza en el extranjero.
TESTIMONIOS
Joven, cualificado y emigrante
Cristóbal Sánchez Reyes acaba de cumplir 26 y es graduado en Pedagogía. Es jerezano y es una de esas caras que están detrás de las cifras de la ‘fuga de talentos’. Hace casi 5 meses hizo las maletas y se sumó a la ola de jóvenes preparados y con ganas de trabajar que se van de España.
Él llegó a la localidad inglesa de Princes Risborough, a unos 65 kilómetros al oeste de Londres, y desde entonces trabaja como ‘au pair’ con una familia, y “así aprende el idioma”.
“Si hubiera encontrado trabajo en Jerez sí que me hubiera gustado independizarme”, asegura.
Ha tenido que adaptarse: mientras trabaja y estudia inglés, busca trabajo de pedagogo en Inglaterra porque “tenía la sensación de que fuera de España podía encontrar un trabajo y poder sentirme útil”, algo que en España “sabía que iba a ser difícil”.
MARTA MEDINA. GRADUADA EN DERECHO Y EMPRESARIALES
“Los de esta generación nos sentimos olvidados”
n Marta es doble graduada en Derecho y Ciencias Empresariales. Tiene 24 años y sentencia que “todos los jóvenes españoles estamos en la misma situación: nos sentimos un poco olvidados. Creo que se debería de fomentar más el trabajo juvenil”. Y señala que “la poca ayuda de la Administración a los jóvenes es un problema, tanto a la hora de crear puestos de trabajo como para dar becas y formarnos”.
MANUEL TORRES. PERIODISTA FREELANCE
“Nuestro país está cavando su propia tumba”
Para Manuel Torres, periodista freelance de 27 años, “España está cavando su propia tumba. Ha invertido miles de millones de euros en formar a varias generaciones que ahora no pueden producir nada”. Y añade que “ahora esa formación está produciendo riqueza en Alemania o se queda desaprovechada en un sofá”. El joven de hoy “solo puede aspirar a sobrevivir día a día. Una hipoetca es un lujo de otro tiempo”.