En breve podrá decirse que la vendimia 2015 ha concluido. De los 31 lagares inscritos en la Denominación de Origen en el presente año, casi todos los que siguen activos a la fecha de este comunicado corresponden a localidades de la costa, en los que principalmente se moltura uva de los pagos más próximos al mar. Como es sabido, la vendimia jerezana es un proceso gradual que comienza en los viñedos del interior y que se va extendiendo progresivamente hacia las localidades de la costa, a medida
que la uva va adquiriendo el grado de madurez idóneo para su recogida.
En el caso de la presente vendimia, las primeras uvas de la variedad palomino –la predominante en la Denominación de Origen– empezaron a molturarse en una fecha tan temprana como el 3 de agosto, como
consecuencia del calor extremo registrado durante el comienzo del verano.
Posteriormente, las temperaturas relativamente suaves de la segunda parte de agosto provocaron una ralentización de las actividades, a la espera de que la uva fuera alcanzando el grado óptimo de madurez.
En general, la uva está llegando a las bodegas de elaboración muy sana, como consecuencia de las condiciones excepcionalmente benignas que se han dado durante la pasada primavera. Tras un invierno moderadamente lluvioso, con una media ligeramente inferior a los 600 litros por metro cuadrado que son habituales en nuestra zona, la primavera ha sido muy seca, lo que ha tenido una incidencia muy positiva en la evolución de la vid, con prácticamente una ausencia total de las plagas y enfermedades más habituales en la zona. Además, las lluvias del invierno se han extendido a lo largo de un número importante de días, lo que significa que la tierra albariza ha tenido la oportunidad de empaparse de forma gradual, sin que se produzca erosión del terreno y creando en el subsuelo las reservas hídricas necesarias para que las plantas hayan evolucionado de forma adecuada con la llegada del verano.
Como consecuencia de todo ello nos encontramos con una vendimia sana, con unos niveles de acidez muy equilibrados y un contenido medio en azúcar que a principios de la campaña era muy alto y que ha ido moderándose hasta los actuales 11,3 grados Baumé que registra el último informe del Consejo Regulador.
En términos de producción estamos ante una cosecha que se estima en un volumen medio-alto, con una producción por hectárea que al término de la campaña probablemente superará los 11.000 kilos por hectárea. Ello permitirá disponer de aproximadamente 75 millones de kilos de uva con los
que elaborar los mostos necesarios para rociar las criaderas de los sistemas de envejecimiento de las bodegas jerezanas, además de suministrar la materia prima para otra serie de productos de calidad
elaborados en el Marco de Jerez. Entre ellos y de forma especial hay que mencionar el Vinagre de Jerez, producto acogido igualmente a Denominación de Origen y cuya popularidad creciente demanda cada vez
mayores volúmenes. El final de la vendimia coincide con la celebración en Jerez y en todo el
Marco de las tradicionales Fiestas de la Vendimia, para las que el Consejo Regulador, en colaboración con el Ayuntamiento de Jerez, ha preparado un extenso programa de actividades. Entre ellas destaca la tradicional ceremonia de la pisa de la uva a las puertas de la Catedral, así como el certamen “De Copa en Copa”, que congregará en el recinto de Los Claustros de Santo Domingo a casi veinte bodegas que mostrarán sus mejores vinos a los cientos de visitantes que cada año disfrutan de este
evento.
Las celebraciones de la vendimia jerezana tiene este año un carácter muy especial, pues a lo largo de 2015 se cumplen los 80 años de la creación de la que fuera la primera Denominación de Origen creada por el ordenamiento español: Jerez-Xérès-Sherry.