Se ha producido "una oleada de robos" de motos acuáticas, lanchas tipo zodiac, motores y tanques de gasolina en la desembocadura del río Palmones.
Un grupo de propietarios de embarcaciones pertenecientes al Motoclub Naútico de Palmones y a la asociación El Varadero de Los Barrios han formado patrullas ciudadanas ante la reiteración de robos de vehículos y material náutico.
El presidente de El Varadero, Mario Pecino, ha explicado que en las últimas semanas se ha producido "una oleada de robos" de motos acuáticas, lanchas tipo zodiac, motores y tanques de gasolina.
"Tenemos miedo no sólo por los robos, sino porque estamos convencidos de que están relacionados con el narcotráfico y tememos que un día aparezca un fardo con hachís en una de nuestras embarcaciones", ha señalado Pecino.
Ha destacado que organizar patrullas nocturnas es "la única salida porque fue lo único que funcionó cuando ocurrió lo mismo hace unos dos años". Según han explicado Pecino y el presidente del club, Sebastián Gómez, la desembocadura del río Palmones y parte de su cauce se han convertido en "la autopista del hachís".
La zona es una de las áreas en las que la Guardia Civil se ha incautado de más alijos, transportados tanto en barcos como en motos acuáticas.
Los afectados han asegurado que han registrado escritos para solicitar más vigilancia ante diversas administraciones y ante la Guardia Civil, que aún no se ha pronunciado tras conocer la organización de las patrullas vecinales.
"No nos vale que venga una patrulla de guardias civiles a patrullar por aquí una o dos veces cada noche durante cuatro o cinco minutos porque los narcotraficantes tienen gente vigilando que les avisa de todo", han señalado.
Gómez ha asegurado que recientemente ha sido objeto de amenazas por parte del propietario de una embarcación ajena al club y a la asociación, cuyo propietario la dejó atracada en un pantalán flotante que se utiliza exclusivamente para embarques y desembarques.
"El que llevaba la embarcación me dijo literalmente que si alguien se acercaba a su barco, le cortaban las manos con un hacha", ha dicho Gómez.
Los vecinos organizan turnos de cuatro o cinco personas que permanecen en el club todas las noches y recorren la zona. "Corremos el riesgo de encontrarnos lo que no nos queremos encontrar, pero es la única alternativa que nos ha quedado", ha asegurado Gómez.