Las precipitaciones registradas en estas últimas semanas, que han permitido vivir el mes de marzo más lluvioso de la serie histórica en Jerez, han mejorado notablemente los niveles de agua embalsada, hasta el punto de que los pantanos del Sistema Guadalete han pasado de encontrarse en situación de “escasez moderada” a “prealerta”.
Sin embargo, la Comisión de Sequía advirtió este jueves de que existe previsión de que el Sistema Guadalete vuelva a padecer de nuevo “escasez moderada” en apenas un par de meses, una vez que cesen las lluvias y aumenten las temperaturas.
Además, justo entonces el impacto del turismo incrementaría notablemente el consumo. Precisamente por eso se ha optado por mantener una actitud prudente a la hora de flexibilizar las medidas de control de los recursos hídricos.
La única modificación aprobada consiste de hecho en abrir parcialmente el grifo para los regantes, reduciendo las restricciones de las cuotas del 40 al 25%, muy lejos ya del 75% que llegó a decretarse el año pasado.
Sí se mantiene por el contrario la dotación máxima de consumo urbano, que está fijada en 225 litros por persona y día. Tampoco hay cambios en las dotaciones de agua para uso industrial.
El sistema Barbate -que pertenece igualmente a la demarcación hidrográfica Guadalete- se encuentra sin embargo en situación de normalidad y eso permite duplicar el volumen de riego, pasando de 27 a 54 hectómetros cúbicos.
De igual modo, los sistemas de Sierra de Cádiz y abastecimiento a Tarifa continúan en situación de normalidad y a fecha de hoy no se considera necesario adoptar ninguna medida.
Los volúmenes de riego se mantendrán en todos los sistemas hasta finalizar el presente año hidrológico.
En cualquier caso, se recuerda que todas las medidas adoptadas por la comisión pueden ser revisadas en función de la situación hidrológica.
La reunión de la Comisión de Sequía de la demarcación hidrográfica Guadalete-Barbate fue presidida por el secretario general del Agua de la Junta de Andalucía, Ramiro Angulo, participando en la misma representantes de las administraciones que ostentan competencias hídricas en el territorio y vocales de los usuarios de los distintos usos del agua -como el agrario o el industrial- y de las organizaciones empresariales, sindicales y ecologistas.