José Pérez Herrera se ha despedido este miércoles del Xerez DFC después de
su sorpresivo cese el pasado lunes como entrenador del conjunto azulino. El técnico ha estado visiblemente emocionado y arropado por su cuerpo técnico, gran parte de la plantilla y miembros de la directiva.
De entre las opciones que tenía para su despedida, Pérez Herrera ha elegido “hacerlo
de forma personal para separarnos de la frialdad de un comunicado. Así nos podemos despedir en persona”.
Recordaba su llegada “
en septiembre de 2020 en un verano de pandemia y en un contexto nuevo para el fútbol lleno de restricciones. Llegué con la intención de
ayudar al crecimiento del xerecismo. Lo más ilusionante era hacerlo con mucha de nuestra gente, de aquellos antiguos amigos o familiares con los que vivimos tantos momentos desde niños”. Aquel momento “fue como un sueño por cumplir. Entrenar al equipo de mi ciudad”. Además, añadía que “hoy, 25 meses después,
siento que ese sueño se cumplió. Así lo siento y lo quiero transmitir”.
Pérez Herrera quiso cerrar su etapa recordando los “
buenos momentos que compartimos. Desde la revancha del Pedro Garrido, la increíble remontada y campeonato en Las Cabezas de San Juan, la victoria contra la pandemia en Lucena,
el ansiado ascenso en Puente Genil, la noche de
Copa ante el Leganés, la confirmación del sueño contra el Mensajero o la última
épica en El Palmar”. Y lo más importante es “que lo hicimos
acompañados de los nuestros, la afición”.
También se acordaba “de todos los que me han acompañado en este camino”. Quiso agradecer
“a todos mis jugadores porque lo dieron todo y cumplieron con creces los objetivos marcados por el club. Aguantaron como jabatos las críticas en los malos momentos y supieron convertirlas en halagos con su entrega y su fútbol. Sin ellos y sin el balón el club no tendría sentido. También a mi cuerpo técnico y a todos los que pasaron por ese vestuario,
fue un gusto trabajar con ellos”.
También se acordaba “de
las directivas por su implicación altruista por el club con sus presidentes a la cabeza con Don Rafael Coca y, por supuesto, con Don Ignacio de la Calle, dos personas de bien. Y evidentemente a los trabajadores, entrenadores de cantera, colaboradores del club porque en todo este tiempo dio para tratar con casi todos. A todos los medios de comunicación por los que siente me sentí respetado y espero que sea recíproco. Y a todas las peñas xerecistas por el cariño que me han procesado”.
Terminaba despidiéndose “
orgulloso de lo vivido, satisfecho de lo logrado con nuestro club, ilusionado por seguir viéndolo crecer desde fuera y confiado de que muchos más jugadores de nuestra cantera seguirán mostrando su fútbol en Chapín. Forza Xerez. Somos uno y seguimos creciendo”.