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Jaén

“Dirigir te permite expresar tu creatividad de otra manera”

En Cultura VIVA, Pedro Jiménez-Vallejo, actor, director de la compañía In Vitro Teatro y músico

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  • Pedro Jiménez-Vallejo. -

Pedro Jiménez-Vallejo (Jaén, 1976) se dedica profesionalmente al teatro, como actor y director, siendo uno de los rostros más conocidos de la ciudad, con un amplio bagaje profesional en la interpretación y la música. Desde 2003, junto a Chema Trujillo, explota su talento para la comedia y la improvisación con ‘La quinta pared’ y desde 2009 dirige la compañía In Vitro Teatro. Como músico sonó con ‘Los cenicientos’, en los noventa, y hoy es la voz de la banda ‘Anacrusa’, de rock progresivo.

“El veneno del teatro me picó al llegar a la Universidad”, dice un jiennense que estudió Filología Inglesa y que se adentró en el grupo de teatro universitario Mamadou (tres montajes), para luego ser parte del equipo de la hoy reconocida compañía In Vitro Teatro, fundada en 1998. “Con Mamadou me di cuenta de que ya nunca me bajaría de un escenario. Mi etapa con José Luis Fernández (primer director de In Vitro Teatro) fue la de mayor aprendizaje”, agradece, recordando a quien le cedió el testigo. “Nunca busqué la dirección. Me abrumó. Considero que es el paso natural para muchos actores. Sigo disfrutando como actor del contacto con el público, de que me iluminen los focos, pero he descubierto el lado enriquecedor de la dirección porque me permite plasmar mi creatividad de otra manera”, dice. 

En general, la pandemia por el Covid-19 ha paralizado “el buen nivel de programación cultural que nunca antes había alcanzado la capital”. Particularmente, provocó la suspensión en marzo de la representación de ‘Marat/Sade’, “un montaje que estaba empezando a crecer”. Tampoco permitirá el estreno, previsto para junio, de ‘Cuatro corazones con freno y marcha atrás’ (en montaje). “In Vitro me ha enseñado que el teatro tiene que tener un compromiso ético, estético y social. No puede estar alejado de su tiempo, debe seguir una línea actual y contemporánea para que sea fácilmente entendible. A todos los textos le damos un halo de contemporaneidad”, reconoce. A la vez, señala “la importancia social del teatro y de la cultura, ninguneada constantemente por los gobernantes, sean cuales sean”.

Como director, explica que “no se puede ser dogmático en métodos actorales”. Dice: “Tienes que dejar cierto lugar para la anarquía porque ése es el espacio para la creación. Al actor no se le puede asfixiar con directrices porque él también tiene que aportar. Es un trabajo creativo. Los cimientos tienen que estar fijados para que el actor vuele y no se caiga, esté seguro en la escena. Estimulo un montaje como un proceso colectivo”, afirma.

Aplaudido como cómico, ha trabajado con numerosos directores, en todos los géneros. Empezó con espectáculos de calle, de la mano de ‘Creativos imprevisibles’, que le dio “mucha carretera”; trabaja con la compañía granadina ‘Teatro para un instante’, y lleva 12 años en La Paca, haciendo teatro escolar y espectáculos en abierto en época estival.

“Como actor, me gusta que me dirijan. Valoro que me den libertad. Hago mucha improvisación, pero no me gusta que me dejen suelto. Me gusta tener clara la versión del director para saber hasta dónde puedo llegar”, dice.

De cada director y de sus compañeros ha tomado siempre alguna herramienta. “Tengo compañeros con un talento impresionante, de los que aprendo siempre. En Jaén nos conocemos todos y nos retroalimentamos. Como director, los actores me dan herramientas, pero de las que más tiro, son de las propias, las que he sufrido. Eso me da cierta ventaja. A dirigir se aprende dirigiendo. Sé cómo sentir y me sirve para la dirección”, explica.

En la misma línea, define el oficio de actor y director teatral como “una fuente de aprendizaje”. “Cada experiencia y nuevo proyecto te da herramientas”, confirma.

Como monologuista, valora que “estar solo ante el público es enriquecedor”. En una obra teatral, “estar en el escenario tiene reglas no escritas que uno asume y la sensación que te invade pisarlo es que nadie te puede tocar”, dice.

Lamenta que “en Jaén es muy difícil llenar teatros siendo compañía jiennense”. Asegura: “No puedes afrontar el riesgo de una gran producción porque el público es remiso a acudir al teatro, a pesar de que se programa en fin de semana y con entradas a seis y ocho euros. No sé si como público a Jaén nos falta crecer un poco más”.

Pide a las administraciones apoyo a los artistas locales; al público, que no abandone a los profesionales en el regreso a las tablas; y a los compañeros, que no se rindan, que sigan creando.  “No quiero caer en el pesimismo. Hay compañeros que se plantean dejar la profesión. Yo no voy a dejar el oficio, pero somos un sector, el de la cultura en general, que no deja de ser una industria como cualquier otra, pero especialmente castigada. Esta pandemia nos va a afectar. Somos unos de los sectores más damnificados”, advierte.

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