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Jaén

Nuevas pruebas rebaten el ‘crimen de la enfermera’

Cuestiona los golpes en la cabeza, que hubiera estrangulamiento y discrepa de la hora de la muerte

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La defensa pedirá la puesta en libertad condicional. El conocido como ‘crimen de la enfermera’ por el que Jesús A. P. permanece en prisión desde el pasado mes de noviembre acusado del asesinato de su esposa Antonia González Osuna, de 46 años, podría dar un vuelco por las nuevas pruebas periciales aportadas por la defensa. Según explicó a VIVA JAÉN el abogado del acusado, Diego Ortega, el nuevo informe realizado por dos profesores de la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Málaga, entregado ayer en el Juzgado de Violencia de Género de Jaén, refuta algunas cuestiones importantes del informe del Instituto de Medicina Legal de Jaén.


En primer lugar, la nueva prueba pericial fija la muerte de Antonia González Osuna a las 24 horas del día 8 de octubre y no alrededor de las 18 horas de ese mismo día, tal y como indica el abogado de la defensa que recogía  la primera autopsia. Además, el informe “no aprecia golpes en la cabeza ni señales de sofocación”. Por otro lado, el estudio de los profesores de la Universidad de Málaga, cuestiona el posible estrangulamiento, ya que no hay señales de violencia carácterísticas de cuando se produce la estrangulación, como determinadas roturas.


Ante esta nueva prueba, el abogado de la defensa mantiene la teoría de que el acusado no estaba en el domicilio a la hora que se produjo la muerte, que en un principio se creyó que era un suicidio. Por todo ello, solicitarán la libertad provisional hasta el juicio.

De suicidio a asesinato

Antonia González Osuna, de 46 años, fue encontrada muerta el pasado 9 de octubre en su domicilio. En un principio todo apuntaba a que se trataba de un suicidio, pero la autopsia reveló que podría tratarse de una muerte violenta, circunstancia que llevó a su marido a la prisión, ya que la hipótesis de la Policía Nacional y de las pruebas aportadas al caso apuntaban a que la mujer, que fue encontrada con una jeringuilla en el brazo, no se quitó la vida, sino que murió violentamente. Ahora estas nuevas pruebas cuestionan el primer informe.

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