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Jaén

El laberinto universitario de Juan Manuel de Faramiñán

El catedrático invitó a la reflexión sobre el camino que está recorriendo la Universidad como “casa del conocimiento”

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  • Juan Manuel de Faramiñán. -

¿Hacia dónde va la Universidad? Es la pregunta que se planteó ayer el catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Jaén (UJA), Juan Manuel de Faramiñán, en la conferencia inaugural del curso universitario. Bajo el título 'El laberinto Universitario', el catedrático condujo su intervención hacia una reflexión intelectual basada en su experiencia de más de 40 años en contacto directo con la Universidad.

Su intervención se basó en una referencia metafórica entre el papel de la Universidad y su situación actual, y el personaje de la mitología griega 'Ariadna', que junto a su amado entró en un laberinto del que no salió con vida. Acabó ahorcada, pero Faramiñán defendió ayer que ése no será el final de la Universidad como institución educativa, como “la casa del conocimiento”. Ariadna entró en un laberinto y Juan Manuel de Faramiñán desengranó el laberinto universitario, marcado en la actualidad por los recortes, por el adanismo académico, “uno de los males” de la Universidad.

Faramiñán criticó el deterioro de términos como docentes y dicentes, asegurando que “en lugar de maestros hay cabecillas y en el lugar de los discípulos haya arribistas”, para concluir que la “mejor biografía de una Maestro se escribe a través de las obras de sus discípulos”.

Defendió así la labor de la Universidad, asegurando que “debería ser un crisol donde se forjara una ética cívica que ajustase modelos de comportamiento más estables y permanentes y que hiciera a los ciudadanos mejores personas”.

El catedrático apuntó que la Universidad es “un reto de esfuerzo y confianza en la inteligencia”, y que en tiempos convulsos como los actuales, el reto de la institución académica es el “urgente acercamiento a la práctica de valores éticos permanentes que no sólo acerquen hacia la felicidad, sino que sirvan de ejemplo y acicate a la sociedad, como un deber básico de todo universitario, pues la recompensa del deber es el deber mismo”.

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