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Jaén

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Crece la ludopatía entre los jóvenes de Jaén

Actualmente 70 personas de Jaén reciben tratamiento en la capital a través de AJIJER por su adicción a los juegos de azar

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  • Los jóvenes pasan horas y horas en los salones de juego. -

La ludopatía es una lacra que acecha cada vez más a los jóvenes jienenses. La publicidad y el fácil acceso que estos tienen a través de las casas de apuestas on line les entierran en un problema del que es muy complicado salir sin ayuda. Lo saben bien en la Asociación de Jienenses Jugadores en Rehabilitación (Ajijer), desde donde avisan que desde la legalización de las apuestas a través de la red el perfil de ludópata ha cambiado drásticamente.

“Hemos pasado del hombre de entre 40 y 50 años que juega a las tragaperras en un bar a los menores de entre 20 y 30 años que son adictos a las apuestas deportivas”, explica la psicóloga de la asociación, Ana Isabel de la Chica.

Ella lleva trabajando contra esta adicción desde el año 2009 y avisa de que la solución al problema es muy complicada. “Es que llevan la casa de apuestas en su bolsillo”, asegura. Cuenta también cómo lo que empieza siendo un plan eventual con amigos, el de ir a tomar algo a un salón de juegos y apostar los fines de semana para ser un hábito diario y compulsivo.

“Este tipo de establecimientos hacen muchas ofertas y ofrecen el alcohol muy barato e incluso gratis. Van allí y hacen las apuestas en directo mientras juegan a las tragaperras o a la ruleta”, relata De la Chica. Actualmente Ajijer ofrece tratamiento a unas 70 personas.

“La mayoría son hombres porque las mujeres siguen siendo más reticentes a reconocer su problema y buscar ayuda por la estigmatización social que supone”, aclara Lola Guerro, trabajadora social de la entidad. La mayoría de los jóvenes que acuden a recibir tratamiento lo hacen acompañados, y en muchos casos obligados, por sus padres.

La mayoría de ellos con deudas de miles de euros que les provocan ansiedad, insomnio, aislamiento social y que en muchos casos les acaban forzando a cometer hurtos u otros delitos en la búsqueda de dinero. Al llegar allí, Ana Isabel realiza una valoración de cada caso, para ver si realmente se trata de una adicción o se trata simplemente de un abuso de este tipo de apuestas. Aquellos que finalmente reciben tratamiento, empiezan a trabajar con sesiones psicológicas individuales y también participando en sesiones de grupo en las que personas que han conseguido salir de la adicción comparten sus experiencias a fin de poder ayudar a los jóvenes que luchan contra esta lacra. En cuanto al perfil específico de personas que acuden en busca de ayuda contra su adicción, afirman que la inmensa mayoría cuentan con cierta formación académica y que este problema no entiende de clases sociales.

“Estaba estudiando fuera de mi casa y, como me gusta mucho el deporte, pensé en las apuestas como una oportunidad para ganar algo de dinero. Vivía con mi novia, tenía trabajo y acabé perdiéndolo todo y metido en préstamos. Cada vez el agobio por el dinero era mayor y de verdad creía que lo normal era lo que yo hacía, no podía entender cómo los demás podían vivir sin la adrenalina de las apuestas”, relata J. G. un joven de 32 años que celebra llevar más de un año sin realizar ninguna apuesta cuando estas antes eran el centro de su actividad diaria, condicionando cada aspecto de su vida y alejándole de todos sus seres queridos.

Precisamente el impacto que estas adicciones tienen en el círculo social de los jóvenes es muy importante porque, para cuando el problema se hace visible, ya es demasiado tarde. Dentro del tratamiento, las familias también reciben sesiones con la psicóloga para aprender claves para ayudar a sus hijos, sobre todo en el control del dinero. Desde Ajijer piden a las instituciones que velen porque se cumpla la normativa en lo relativo a la distancia de la publicidad y de este tipo de establecimiento con respecto a los centros educativos y también echan en falta apoyos que les permitan mejorar en el mantenimiento de sus instalaciones y ofrecer mejor servicios porque, el problema al que se enfrentan, crece a diario entre los jóvenes de Jaén.

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