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Huelva

50 años de Brotes de Olivo

Emotivo concierto en un Gran Teatro abarrotado, donde las voces de los hermanos Morales Escala tuvieron el acompañamiento de la Banda Sinfónica de Huelva

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Puro sentimiento y emoción. Eso es lo que se vivió en la noche de este lunes en el Gran Teatro de Huelva en una cita muy especial: el concierto ‘Gracias’ con motivo del 50 aniversario del reconocido grupo de música católica Brotes de Olivo.

Tras varios meses de ensayo, un auditorio repleto pudo deleitarse con una selección de los temas más representativos de este grupo familiar, integrado por los 13 hermanos Morales Escala, fruto del matrimonio onubense formado por Vicente Morales y Rosa Escala, que ha llevado la palabra de Dios por todo el mundo.

Las voces de Brotes de Olivo tuvieron el mejor acompañamiento posible: la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, dirigida por Francisco Andrés de la Poza, que interpretó los arreglos musicales realizados por el profesor de guitarra y jefe de estudios del Conservatorio Profesional ‘Javier Perianes’ de Huelva, José Raúl Llanes Membrillo.

Un concierto que, además de la carga emocional, ha tenido un fin benéfico, pues la recaudación irá destinada a la Casa Paco Girón, a la Casa Hogar Oasis y a Aspacehu, y que ha podido ponerse en marcha gracias al patrocinio del Ayuntamiento de Huelva, Puerto de Huelva, Fundación Cajasol y Fundación Caja Rural del Sur, y la colaboración de la Diputación Provincial de Huelva, el Gran Teatro y Deventos.

Con este concierto tan especial, Brotes de Olivo ha querido “agradecer a Dios a las personas e instituciones que els han acompañado a lo largo de su trayectoria, todo lo vivido en estos 50 años”.

 

Toda una  vida

Fue un 3 de junio de 1971 cuando los hijos de Vicente Morales y Rosa Escala cantaron por primera vez bajo el nombre de Brotes de Olivo. En aquella ocasión, la Ciudad Deportiva acogía un concierto a beneficio de Cáritas y de la Ciudad de los Niños. Desde entonces hasta hoy, han pasado más de 50 años, miles de conciertos y de kilómetros acumulados anunciando el Evangelio allí donde se les requería, 27 discos de estudio -dos de ellos dobles y uno triple- y muchos cientos de canciones que no llegaron nunca a grabarse.

Es el legado de una familia atravesada por una vivencia muy especial y dotada del don privilegiado de la voz y la armonía con la que pusieron música a su propia experiencia de fe y a la vida de muchas personas a las que, de algún modo, les llegó el mensaje de sus letras.

Todo esto, les ha hecho ser un referente en el panorama musical católico y merecedor del reconocimiento del papa Francisco que, recientemente, ha condecorado a los padres, Vicente y Rosa, con la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, la más importante distinción de la Iglesia Católica.

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