El conseller de Economía y miembro del Bloc, una de las formaciones integrada en Compromís, Rafael Climent, ha abogado por que, en caso de nuevas elecciones, la coalición valenciana tenga una candidatura propia y no concurra junto a Podemos. "Lo digo lo más claro posible", ha insistido.

   Así lo ha indicado Climent en una entrevista concedida a Europa Press, al ser preguntado por si en caso de repetir unos nuevos comicios le gustaría que su partido concurriera junto a Podemos, como ocurrió en los pasadas elecciones generales.

   Climent, que considera que el país está abocado a unas nuevas elecciones, ha señalado que personalmente le gustaría concurrir solo como Compromís. "Lo digo lo más claro posible", ha insistido.

   No obstante, ha precisado que si hubiera un "amplio abanico" de partidos políticos junto a plataformas o asociaciones civiles que quieran formar parte de un proyecto "estrictamente valencianista" y con aspiraciones a formar un grupo propio en el Congreso de los Diputados para defender "única y exclusivamente los intereses de la Comunitat", también estaría de acuerdo.

   A su juicio, los valencianos "necesitamos una voz potente en Madrid porque sino al final nos ningunean y no somos ninguno". "Hay ejemplo de voces determinadas de diferentes territorios del Estado que han conseguido muchísimas cosas para sus territorios por haber tenido esa voz y haber sido decisivos en algunos momentos para la gobernabilidad de España", ha manifestado.

NUEVAS ELECCIONES

   Para Climent, después de las últimas actuaciones de los partidos, el país va hacia nuevas elecciones porque "no se ve que haya posibilidad de llegar a un acuerdo mínimamente estable para poder gobernar. "Yo por ahora veo que vamos a elecciones".

   "No me gustaría la verdad, me gustaría un acuerdo PSOE-Podemos-EU-Compromís con el apoyo del PNV que es lo que daría una mayoría para poder gobernar. No sé si duraría toda la legislatura, pero al menos en un principio habría un intento de gobernabilidad", ha insistido.

   Además, ha reprochado que si no se llega a un acuerdo los ciudadanos sentirán "desafección" hacia los políticos y hacia algunos partidos "de una manera más concreta" porque los políticos demostrarán que no han tenido la capacidad de sentarse para poder llegar a acuerdos.