El nuevo volcán de La Palma no da señales de cambio durante las últimas horas y, según la responsable de la red de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Carmen López, lo único que está claro es lo bueno que sería que parase "cuanto antes".
Carmen López ha indicado a Efe que todo el daño que evite es bienvenido y ha señalado que no hay signo alguno que apunte hacia el agotamiento del volcán que entró en erupción el pasado 19 de septiembre, por lo que no se ve que haya llegado el momento de terminar.
La actividad estromboliana de este volcán es muy cambiante, y así su dinámica eruptiva tiene fases más o menos explosivas y más o menos efusivas, lo cual depende mucho de la morfología del cono, pero "realmente no hay nada nuevo, reseñable".
Cambia externamente y eso da la impresión de que hay más cambios de los que realmente se producen, ha señalado Carmen López, quien ha añadido que lo único reseñable es que ha revertido la deformación de los últimos días.
La sismicidad es intensa, con bastantes sismos sentidos y sobre todo a profundidades de más de 20 kilómetros, y otros a entre 10 y 15 kilómetros.