Este domingo el estadio Benito Villamarín abrió sus puertas a Álvaro Trigo, que salió el sábado a las 19.00 horas desde Ubrique para completar una carrera benéfica. Su amigo Dani Gómez, fiel al conjunto verdiblanco, está llevando a cabo una recolecta de fondos para financiar sus prótesis para las piernas. Estas donaciones las está tramitando la fundación del Real Betis a través de solidaridadverdiblanca,org, donde aún se puede colaborar.
Álvaro ha pasado cerca de 18 horas corriendo para recaudar fondos para su amigo. En mitad de la noche sufrió un corte de digestión, que lo complicó todo, pero él decidió no rendirse. En gran parte, gracias al apoyo de su madre: “Cuando pensaba en rendirme me decía que recordara porqué lo estaba haciendo”.
Cómo él mismo confesó, todo lo hizo para ayudar a Dani, al que admira mucho: “La energía que tiene es sobrehumana. Tiene una forma de ver la vida que me inspira”.
Por otro lado, su amigo estuvo esperando varias horas durante la mañana la llegada de Álvaro, al que apenas había conocido un día antes: “Hablamos mucho durante el confinamiento por redes sociales, pero en persona nos vimos por primera vez ayer. Es como un hermano para mí”.
La emoción de todos cuando llegó Álvaro la escenificó Rocío, una enfermera de la unidad de quemados del Hospital Valme que había tratado a los dos protagonistas del día: “Esto es súper especial para nosotros y para ellos. ¡Viva la unidad de quemados y viva el Betis!”.