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Un Centro Animal que se pagará dos veces

La gestión continúa sin cobrarse disculpa alguna o responsabilidades politicas en un gasto aumentado inexplicable. Haciendo caso omiso a los informes,

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  • Se volverá a construir otro -

El silencio ha sido el argumento en la política a un desaguisado que enfila un nuevo capítulo a escribir. El problema se ha ido acrecentando y desnudando una realidad que se ha ido tapando de buena manera hasta llegar a un nuevo escenario.

La ausencia de responsabilidad municipal en la nefasta construcción del Centro de Protección Animal en Las Viñas supuso el inicio de un desacierto que supuso tirar 120.000 euros de dinero público literalmente a la basura. El gasto ahora crece más.

Haciendo caso omiso a los informes que apuntaban todo lo contrario a lo realizado, ante la falta de idoneidad al ubicarse a escasos 15 metros de viviendas y contraviniendo el proyecto inicial de situarlo en el Polígono de Las Salinas, donde se concertaba la legalidad, la salubridad y la comodidad. 

Saltándose todos ellos, el Centro sigue en pie sin derribarse, dado que su inutilidad se mantiene, debiéndose asumir, ahora, los costes de la demolición y el de la construcción de uno nuevo. Pagar dos veces por lo mismo.

El propio alcalde, David De la Encina, reconocía ayer haberse “firmado la disposición económica para poder pagar el proyecto. Nosotros adquirimos un compromiso con las protectoras y se va a mantener el servicio de recogida de animales, se va a prorrogar. Se ha buscado por parte de Urbanismo la ubicación más idónea”.

Ni una sola palabra de errores ni de autocrítica. Ni mucho menos de responsabilidades. Solo compromiso.

El edil reconoce que éste “será en el Centro Logístico Municipal del Polígono Industrial de Las Salinas”.  El paripé en la comisión de investigación (hace más de un año de ello) o las escenificaciones plenarias resultaron ganar tiempo y prometer lo que éste ha terminado por desmontar: que ni ha habido ni dimisiones, ni sanciones, ni ceses. Actuación por presión.

Ahora se plantea volver a la idea primitiva, la de hacerlo en el Polígono. Un triple gasto en toda regla.

Además, con ello se ha reabierto un debate y unas diferencias técnicas claras entre las dos Áreas implicadas y las dos que gestiona y dirige una misma formación, Izquierda Unida.  Medio Ambiente y Urbanismo han debido asumir un conflicto de intereses que no han ayudado a encontrar una viabilidad y un buen fin.

Lidiar con ello ha supuesto reabrir diferencias técnicas que se deben ajustar para dar una solución airosa al entuerto creado.

Al menos, el contrato con la concesionaria Urbaser seguirá vigente hasta tanto en cuanto se proceda a dar servicio en el futuro Centro.  Las prisas y las peores gestiones de entonces deben ahora de manera diligente solventarse ante un nuevo giro más que sorprendente al volver a la idea primera.

Actuación por obligación
El desaguisado con el inicio y posterior paralización del Centro de Protección Animal ha encontrado con los que desde su comienzo mostraron el camino a seguir con el hartazgo de los que confiaron más allá de las simples y vacías palabras. 

Los que dejaron patente lo que había y cómo se debían hacer las cosas. Al final son los que padecen la sinrazón y las consecuencias.

Los animalistas han visto como las buenas intenciones y el intento infructuoso de manejar la situación se alargan en el tiempo sin que haya más solución ante un simple parche con la interrupción de la construcción de un centro, que acumula demasiados miles euros gastados y que hoy por hoy es motivo de sonrojo ante un derroche de dinero público y sin que haya más responsabilidad que una simple comisión informativa.

Una comisión que no ha dejado más que sombras y escasas soluciones ante un problema creado y fomentado ante una planificación finiquitada de las peores maneras y sin una justificación que la avale.

Del diálogo a las críticas
Las protectoras, con el tiempo, han pasado de ir de la mano y creer a pies juntillas los dictámenes oficiales, a “no dar crédito a la insensibilidad del Gobierno municipal hacia el bienestar de los animales”.

Se cuestionan “¿Por qué no se toman las decisiones políticas desde Medio Ambiente y Urbanismo para hacer efectivos estos acuerdos? Son ellos, los titulares de Medio Ambiente, Antonio Chacón y de Urbanismo, Antonio Fernández, el obstáculo real que tiene el servicio municipal. Ambos de Izquierda Unida, ¿Dónde quedó aquello de “Los Verdes?”.

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